Dormir la siesta en una hamaca, acariciar perros por la calle, pillar todos los semáforos en verde, escapar de la ciudad y romantizar el campo por un día. Esa sensación de estar en el lugar correcto, aun sabiendo que todo tiene un final. Así se siente escuchar Algú vol un flam?, el último proyecto de Bernarda. Porque a veces la vida te pone a prueba, y hay quienes no tienen más opción que volcarlo todo en un álbum y convertirlo en un regalo.
Bernat tuvo claro por dónde empezar su conquista. El single que abrió este nuevo viaje fue Otra mañana. Magnífica descripción de cómo se sienten esas rachas vitales en que salir de la cama para ir a currar a un sitio cuestionable se te hace un mundo, la autoestima en busca y captura y la vida empieza a dar un poco de vértigo. Desde luego no es la canción más alegre del mundo –igual no es el mejor disco para encontrarla–, pero tiene algo de luz. Un rayo tenue, casi paradójico, como todo.
Sadboy en bicicleta te identifica solo con el título. Es fácil verse reflejado si vives en una ciudad grande que te exige demasiado y te hace gastar más de la cuenta y fumar más de lo que deberías. No es el tema donde ir a buscar consuelo, y Duele tampoco lo es. Y está bien. No siempre se puede huir de uno mismo ni de los demás. Aquí, que te rompan el corazón, contra todo pronóstico, duele, y duele que te cagas. 
Quédate fue el último single antes del lanzamiento, y tiene algo especial. Habrá videoclip y lo firma nada menos que Pepe Gay como director de fotografía, con créditos en La casa en flames, Esta ambición desmedida, y videoclips de Bad Gyal, Bad Bunny o Karol G, entre otros muchos. Un sueño que se hará realidad en un par de semanas. Estad atentos.
Los cuatro temas que acaban de ver la luz no se quedan atrás. El disco abre con No quiero seguir así. Igual es hora de preguntarle a Bernat si está bien, pero seguro alguien ya se lo preguntó y su respuesta fue esta canción. A esta le sigue Ser normal es más hermoso, un tema más crítico, más humano y sincero (ese “no puedo más, de vernos a todos, querer ser falsos famosos” queda dando vueltas). También hay dos interludios: Multa de tráfico, que ojalá fuera así de liberador recibir una, y Relájate con Edu, que yo por dentro no estoy tranquilo, con Edu Pons; esto es lo que nos gustaría que sonara en nuestra mente cuando estás nervioso y alguien te dice, ¡pero no te pongas nervioso! Ojalá.
Algú vol un flam? no es un disco para subir el ánimo rápido ni para poner de fondo mientras haces otra cosa. Es una invitación a parar, a mirar de frente lo que duele, lo que incomoda y también lo que, de alguna forma, sigue teniendo sentido. Bernarda no propone respuestas ni moralejas, pero sí una serie de escenas en las que es fácil reconocerse. Y eso, en estos tiempos, ya es bastante.
Track favorito: Otra mañana.