La música de Bea Fernández es, ahora que llega el frío, comparable a un chocolate caliente o una manta suave; algo que no sabes que necesitas hasta que lo pruebas y entonces sabes que vas a repetir. La artista se dio a conocer en noviembre de 2023 tras su paso por Operación Triunfo, donde nos conquistó con un carácter sencillo y una potente voz. Desde su (debatible) expulsión no ha parado, y ahora, tras unos meses de búsqueda personal y como resultado de este proceso de introspección, lanza un primer EP, Mil formas de volver a mí.
Cinco canciones que te hacen reflexionar sobre las decisiones de tu último año, pero no a modo de castigo, sino para abrazarlas y entender que todo conlleva un aprendizaje. Un regalo de Navidad para todos los que necesitan un pequeño mensaje que les recuerde que lo están haciendo bien.
Su vida ha dado un giro de ciento ochenta grados y por tanto sus sueños, ambiciones y miedos, también. Todo esto va de perderse y encontrarse, algo que le ha pasado a ella y quiere compartir para que si te pasa a ti, no te sientas solx. Ritmos lentos y letras sinceras, utiliza la composición como refugio y el piano como arma. Hoy robamos a mano armada un poco de su tiempo y le pedimos un rato para hablar de viajes emocionales, compañerismo y el drama como elemento esencial de su arte.
¡Hola, Bea! ¿Qué tal? ¿Cómo estás tras el lanzamiento del EP?
Estoy contenta e ilusionada. Llevamos poco más de medio año trabajando en esto y ver que por fin la gente lo puede escuchar y sentirse identificada con las canciones me hace muy feliz.
En Mil formas de volver a mí realizas un viaje introspectivo hacia tu parte más íntima y reflexionas sobre la búsqueda de una misma, el amor y la superación. Con una narrativa tan conceptual, ¿qué simboliza para ti el título en un mundo de constante cambio y en qué momento nace?
El título nace después de muchas sesiones de estudio y composición de canciones para el proyecto. Llega de imprevisto en una sesión donde compongo el tema que da nombre al álbum y es muy fuerte a nivel emocional. Se la enseñé a mi familia y cuando vi a mi padre llorar dije, tengo que hacer algo con esta canción. Viene de un momento en el que yo estaba haciendo muchas canciones y no tenía en cuenta el camino que quería llevar, así que tenía que volver a mí, tras todas esas decisiones que había tomado durante el día. En mi opinión, a veces puedes estar perdido, pero al final las decisiones que tomas te llevan a ti.
¿Podríamos decir que la música es una manera de volver a ti?
Completamente. Además, el tema se nutre mucho del piano, que para mí es ese sitio y momento donde no tengo visión periférica; somos mi piano y yo.
Entonces, ¿hay otras canciones además de las cinco que has publicado?
Sí, tengo un repertorio detrás, por así decirlo, que he decidido quedarme y reservar para algún otro momento; creo que este era el primer proyecto que tenía que presentar. Tampoco hay ninguna colaboración porque primero quería mostrarle al mundo que esta soy yo, vulnerable y sin nada. Esa era un poco mi mentalidad al escoger las canciones. Creo que es importante también para que otros artistas, de cara a hacer una colaboración conmigo, escuchen de donde vengo, lo que hago y lo que puedo hacer. Saliendo del programa de Operación Triunfo saben cómo eres tú, pero no musicalmente ni cómo artista, así que me parecía importante dejarlo reflejado casi como una lista de la compra.
En los temas escogidos para este lanzamiento ocurre algo muy especial: logras sintetizar sentimientos que son muy complejos en apenas minutos. Tras meses de mucha reflexión y trabajo, ¿cuál crees que ha sido el mayor aprendizaje que has adquirido sobre ti misma?
He llorado muchísimas veces en el estudio con las canciones que he hecho, para qué nos vamos a mentir, pero te sientes tan aliviada al final… Muchas veces he dicho que es casi como una terapia, no tan serio quizás, pero poder soltarlo todo y luego escucharlo y decir, vale, me pasa esto, y asimilarlo es muy terapéutico. Este EP está pensado para descargar y encontrarte contigo misma, ya que son cinco canciones en quince minutos y es para tomarte un tiempo en cerrar los ojos y escucharlo. Cuando todavía no había salido y tenía un mal día, lo escuchaba antes de dormir porque me parece muy sanador.
No solo es la escucha, el recurso visual también ayuda mucho. En tu caso, los videoclips continúan con un hilo narrativo intimista donde la naturaleza evoca sentimentalismo y se cede el protagonismo a la melodía. ¿Cómo llegas a esas ideas?
Lo primero es juntarte con un equipo que de verdad ame tu proyecto y escuchen las canciones y te digan detrás de cámara, oye, me hacen sentir así. Con Zarza, la productora con la que he trabajado, han tratado con mucho cariño todas las canciones y desde un principio ya hubo una reunión donde se planteó cómo hacerlo, cómo representarlo, coger la idea y llevarla a cabo. La clave sin duda es contar con un equipo de trabajo que le haga la misma ilusión que a ti.
Tanto en melodía, letra o videoclip, las dos primeras canciones del EP, Margaritas en tu pelo y Mil formas de volver a mí, evocan sentimientos muy diferentes al aislamiento de Patio vacío o la ilusión renovada de Mientras seas tú. Nos gustaría saber más sobre el diálogo que has establecido entre las diferentes canciones y la línea argumental.
Las canciones están por orden a cómo se hicieron, y, a su vez, en paralelo a argumentos que pasaron en mi propia vida, así que está hilado de manera natural a como ocurrió.
En el tema La vida cambia parece que hay una lucha interna entre el rencor y la liberación con frases que se contraponen como “Nunca pensé que marchar sentaría tan bien” y “Agotaste mi mejor versión”. Tanto en esta canción como durante todo el disco, ¿te mueves más en el resentimiento o el famoso soltar para avanzar respecto no solo a una relación, sino también al pasado, inseguridades y todo lo vivido?
Yo creo que este EP va de soltar para poder llegar a ti mismo y empezar a creer en tu valor. Tuve esa relación fallida y escribí Margaritas en tu pelo; en La vida cambia confieso parte de los motivos de ese final. Mil formas de volver a mi es parte de la etapa de introspección, en Patio vacío resurgen varios sentimientos que en ese momento no sé cómo hablarlos ni expresarlos y, para terminar, Mientras seas tú, que cierra el ciclo con otro enamoramiento.
Algo muy interesante de tu música es que, a pesar de contar experiencias personales, logras que las canciones expresen emociones universales, como en Margaritas en tu pelo.
Sobre todo pensaba en eso. La música la tenemos para escucharla y acabar estableciendo un vínculo con ella, ya sea porque te gusta mucho la base de la canción o te identificas con la letra. He intentado hacerla más de cara a que sea un pensamiento universal, no he puesto literalmente mi historia sino que he buscado el sentimiento generalizado que podemos sentir todos.
Háblanos un poco sobre el proceso creativo y cómo has logrado sobreponerte al miedo a componer.
En la primera sesión es durísimo poner tus sentimientos, pero este trabajo consiste en conectar con la gente en el estudio. Si las personas no empatizan con ese sentimiento, la sesión no va a dar lugar a una canción guay; pero cuando sí pasa y estáis en la misma sintonía, cuando alguien dice, a mí me ha pasado esto, me siento muy identificado, y se hacen las cosas con el corazón, es cuando salen canciones como las que considero que hemos sacado.
Hay varias composiciones donde exploras tu transformación a raíz de ese encuentro con una vida nueva, imagino que haciendo referencia a tu vida antes de Operación Triunfo y después. ¿Cómo es pasar de interpretar canciones de otros artistas bajo un guion a crear música que ha de representarte a ti?
Es una movida. En mi paso por OT empecé con una inseguridad muy fuerte. Venía de estudiar piano y cantar sola en mi cuarto, pero de ahí no me sacaba nadie, así que tuve que salir del cascarón y enfrentarme a un escenario y a cantar frente a un público. Al salir me dije a mí misma: Beatriz, ahora te toca crear. Y me enfrenté a mi primera sesión de estudio, eso sí, con muchos prejuicios. Por suerte coincidí con personas que hacen música maravillosa y que no me juzgaron, por lo que fui aprendiendo y sacando lo que llevaba dentro.
¿Cómo fue el proceso de adaptación a una vida que parecía la misma pero había dado un giro de ciento ochenta grados?
No sé por qué, pero yo tenía el pensamiento de que si entraba a OT, luego iba a salir y volver a mi vida con mi familia y amigos, por lo que me decepcioné bastante al ver el cambio. No me lo esperaba y fueron meses duros de asimilar lo que estaba pasando, toda la gente que tenía detrás, lo que subía en redes… Era un poco loco todo, pero poco a poco, y desde mi visión actual ahora que han pasado varios meses, creo que ha merecido completamente la pena. Si no hubiese estado en el programa, no hubiese tenido esta oportunidad.
Debe ser duro de repente ser el foco de atención; tú te quedas en las puertas de la final pero el programa continúa y, entre unas cosas y otras, sigues estando en el ojo público, pero ya no entre cuatro paredes.
Claro, nosotros allí dentro no somos conscientes de la repercusión, y aparece todo de golpe cuando sales. La misma noche de mi eliminación estuve hasta las ocho de la mañana viendo TikTok, Twitter y de todo, aunque por suerte a mí no me cayó la mundial. Tengo curiosidad, he estado tres meses sin conectarme sabiendo que se ha hablado de mí y es un sentimiento normal. Estoy segura que casi todos mis compañeros, quizás no hasta las ocho de la mañana, pero también estuvieron mirando cosas.
¿Cuál es el conocimiento más importante que crees que has adquirido después del concurso?
Te diría que experiencia. Siempre había tocado el piano o cantado detrás del escenario y lo que más me daba miedo era subirme al escenario y estar sola, me decía a mí misma que no podía. También he aprendido a no juzgarme, sobre todo a la hora de componer, entender que mis decisiones, aunque estén mal, también forman parte de mí y puedo escribir sobre ello. Diría que he podido quitarme prejuicios.
El formato no es nuevo y su éxito se remonta a hace veinte años, por lo que quizás entrar en la academia podía generar cierta presión en ti por lo que había significado en un pasado. ¿Qué sentimientos te genera formar parte de algo que tuvo tanto impacto? ¿Has sentido algún tipo de comparación?
Sí, sí y sí. En el programa mismo ya te están comparando todo el rato, aunque bueno, no se note así, pero en el momento en el que sales, los dos primeros meses consisten en compararse a full. Hay que aprender que no todos estamos en la misma liga porque no todos hacemos el mismo tipo de canciones, hay gente que hace más mainstream y gente que hace más baladita con guitarra. Tú haces la música dedicada a tu público, hay que aprender a no compararse, aunque es muy difícil, sobre todo saliendo de un formato en el que te comparan constantemente, y llegar a pensar, han subido más fotos de este que de este es muy duro, pero ya está superado. Todo pasa por algún motivo y lo importante es que todos ya estamos en nuestro punto de partida y ya está.
Lo que sí es cierto es que los tiempos han cambiado, y la representación también. En la edición de este año, la mayoría de concursantes formabais parte del colectivo LGTBQ+, y aunque hoy en día hay bastante representación, es evidente que es un paso importante. ¿Qué significa para ti ser parte de esta visibilidad en una plataforma tan popular?
La verdad que dentro ni me paré a pensarlo. Tengo amigos y familiares que pertenecen al colectivo y no me sorprendió la cantidad de gente que había, aunque una vez fuera sí que me di cuenta de que la gente se sorprendió mucho. Vi la repercusión del ‘go lesbians’ que inventé con Salma, y para mí era una broma interna entre colegas, pero fue muy guay tratar las cosas naturalmente y pensar que eso a la gente le ha ayudado a aceptarse a sí misma. Estoy muy orgullosa y contenta de haber formado parte de esa representación y mostrarme al natural.
De la academia no solo te llevas conocimientos sino también a compañeros, ya sea de profesión, de piso e incluso amigos cercanos. ¿Qué tal con ellos? ¿Crees que ahora mismo forman parte de las cosas que te nutren y te suman?
Creo que muy bien. Vivo con tres de mis compañeros de OT y estar los cuatro juntos en esta nueva realidad nos ha unido mucho. Solo nosotros dieciséis, y todos los que han estado en el programa anteriormente, sabemos lo que es y lo que significa en nuestras vidas.
Ahora que cada uno está empezando a mostrar su estilo propio y el género en el que quiere moverse, ¿con cuál de tus compañeros te gustaría colaborar?
Yo que llevo escuchando su disco en casa desde abril, te diría que Salma. Sino Omar, que ha publicado también un proyectazo, y por supuesto Álvaro Mayo, de quien estoy enamorada. Quizás mis compañeros de piso pero porque es la música que más he escuchado y, aunque cada uno va más a lo nuestro, estamos orgullosos los unos de los otros.
¿En el piso escucháis la música de los otros entonces?
Sí, y sobre todo cuando estábamos creando nuestro primer proyecto individual, que era casi a la vez. Lo mejor era volver de la sesión de estudio y reunirnos a las diez de la noche en la terraza para hablar de nuestro día. Álvaro decía lo que había hecho, Salma y Omar también, y juntos nos dábamos consejos y recomendaciones a los otros. Siempre nos hemos acompañado y apoyado los unos a los otros, sobre todo yo, que si no me gusta algo lo voy a decir (risas).
Una de las cosas que más te gustan de dedicarte a la música son los conciertos, ya que consideras que son un espacio para conectar con la gente y llegar a ella mediante tus temas. Para una artista que enfatiza más lo musical que no lo visual, ahora que puede llegar una posible gira, ¿cómo imaginas un concierto tuyo?
La gira todavía no es algo seguro pero estoy luchando por ella. En mis conciertos lo principal serían los instrumentos, estoy enamorada de ellos y por eso tienen que tener un papel principal. Por supuesto tendría que haber un momento piano porque me gusta dramatizar todo y que la gente gritara mis canciones hasta el punto de sentirse más libres. Mi misión principal es crear un entorno íntimo donde pueda conectar con el público y la música sea en directo.
¿Cuál es la canción que más ganas tienes de cantar en directo? ¿Y la que tú crees que puede costarte más por la implicación emocional?
Te voy a decir la misma porque el disco se llama así, es la favorita de mi padre, la más íntima y la que trata sobre mi persona. Sería un momento piano también para dramatizar aún más la situación, entonces sé que las primeras veces me va a costar, pero es una canción muy especial para mí: Mil formas de volver a mí.
Tanto en música grabada como en tus directos, admiro mucho tu trabajo y tu manera de ver la realidad y rechazar lo convencional. ¿Cómo defines el éxito personal? ¿Crees que lo has conseguido?
De momento puedo decir que sí lo he conseguido, ya que puedo dedicarme única y exclusivamente a la música. Para mí otro éxito sería hacer una gira que a la gente le guste, igual que mis canciones, que por lo que estoy viendo han gustado, así que estoy contenta. Pagar el alquiler gracias a la música sería increíble, y poder seguir haciendo más, también.
¿Te gustaría continuar explorando géneros?
Hay muchas más canciones en la recámara y otras cosas, sí. La verdad que tengo que pensar un poco qué vamos a hacer en el siguiente proyecto pero quería presentar esto primero porque es más sencillo, como yo.
Aunque es uno de tus primeros proyectos en solitario, lo cierto es que ya publicabas una canción titulada Sigo aquí a principios de marzo de este año. En este tema homenajeas a la Bea de ocho años y le escribes una carta centrada en la superación y en ser resiliente. Si la carta consiguiera llegar a tú yo del pasado y respondiera, ¿qué crees que diría?
Creo que lo primero es que lloraría porque hemos sido sensibles toda la vida, pero sé que estaría muy orgullosa y tendría ganas de seguir trabajando y estudiando al ver que la música no es un camino nulo, a pesar de en ese momento no tener las respuestas. Creo que me diría que va a seguir formándose poco a poco para encontrar su camino y dedicarse a la música como yo lo estoy haciendo ahora, fuerte.
Y si tuvieras que escribirla a tu yo del futuro, pongamos diez años, ¿qué le escribirías?
OMG, espero que siga luchando por su sueño por mucho que cueste, que a pesar de ser una vida de altibajos en los que un día sacas disco y el otro te frustras porque no te sale ni una canción, que encuentre el equilibrio. Además, también le diría que no nos sopese a nosotras mismas y que continúe con constancia, disciplina y trabajo.