Avec Amour es el resultado de dos jóvenes unidos por la melancolía, la nostalgia y los sueños de un niño que aún conserva los dientes de leche. El mundo aspiracional que rodea los ideales de lo posible ha terminado confeccionando una firma llena de gusto por el detalle y cariño. Sus responsables son María y Daniel, dos jóvenes recién casados que acaban de mudarse a los Estados Unidos para comenzar una nueva vida y seguir trabajando en su proyecto más personal.
Después de conseguir llevar una de sus colecciones a la 080 Barcelona, Avec Amour se encuentra en un espacio de tránsito, porque si algo tienen claro sus directores creativos es que la moda es arte, y el arte es un proceso lento que requiere paciencia. Algo que deberíamos aplicarnos todos para conseguir trabajos que reflejan tan bien el universo personal como el  de estos diseñadores.
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Para quien no os conozca, ¿qué es Avec Amour? ¿Cómo nació la idea?
Dani: Avec Amour ha tomado muchas formas desde que empezó. Realmente comenzó como un juego entre los dos. Cuando empezamos a salir, que fue poco antes de la pandemia, comenzamos a hacernos regalos virtuales durante los meses de confinamiento. Le regalé un cuadro a María, y como mi firma es un poco enrevesada, lo firmé como Avec Amour, pero en el sentido más literal. Y de ahí comenzamos a hacerlo algo nuestro, de nuestros regalos, y era cada vez más recurrente, hasta que se nos planteó la idea de utilizarlo para cosas creativas.
María: Claro, comenzamos haciendo fotografía. Yo hice diseño de moda y Dani hizo una ingeniería, aunque es una mente muy creativa, entonces siempre quería estar metido en proyectos más creativos. Llegó el momento de hacer mi TFG y nos pedían hacer una colección y también podíamos hacer una marca asociada a la colección. Por lo que decidimos empezar Avec Amour como un proyecto en el que poder englobar un poco todo: fotografía, moda, pintura.
Pudisteis realizar el sueño de llevar vuestra colección a la a pasarela, y no a cualquier pasarela, sino a la de la 080 Barcelona. ¿Cómo vivisteis este proceso?
María: Ellos te piden un dossier. Primero te piden que les expliques la marca y te piden como cinco looks.
Dani: Eva Vollmer, que se dedica a hacer los castings para las marcas que se presentan en la 080, nos comenzó a seguir muy pronto en Avec Amour, y ella nos animaba mucho a presentarnos. Aunque no tuviese la última palabra, porque eso después tiene que pasar por un comité que tiene que estar regido por criterios muy objetivos, ya que está sujeto a la Generalitat, ella siempre nos animaba mucho a dar ese paso.
María: Y luego el proceso del desfile se vivió con muchos nervios porque nos confirmaron que entrábamos como con un mes y pico de antelación. Y claro, al principio no sabíamos si comprar las telas, porque eran muy caras y tampoco sabíamos si nos iban a seleccionar, y de repente tuvimos que hacer todo el trabajo en mes y medio. Mes y medio pegados a una máquina de coser sin salir de casa. Mi madre me llamaba para preguntarme si había salido a pasear (risas).
Dani: Solo salíamos para sacar al perro.
María: Además que presentamos veinticuatro looks pero hicimos como treinta, porque descartamos unos cuantos. Ahora miro atrás y pienso que no sería capaz de hacerlo otra vez. Ni siquiera sé cómo lo hicimos aquella vez.
¿Creéis que todo ese esfuerzo merece la pena?
Dani: Sí, definitivamente. Luego miras atrás y solo sientes orgullo por lo que has hecho, mucha satisfacción, superación personal.
Aunque ya ha pasado un tiempo desde Cannon Beach, quería preguntaros qué queríais reflejar con esa colección y cómo desarrollasteis el proyecto.
Dani: Al final somos dos personas que beben mucho de la nostalgia y la melancolía. Y sobre todo nos relacionamos con puntos de vista muy aspiracionales. Así que el punto de partida era ese: reflejar lo que siempre nos llenaba la cabeza de pequeños, todo lo que queríamos llegar a ser.
María: Yo, por ejemplo, quería ser bailarina de ballet, pero lo tuve que dejar por un problema en las rodillas.
Dani: Y por mi parte, toda la corriente más varsity. Recuerdo ver de pequeño las campañas de Bruce Weber para Ralph Lauren. Era todo tan ideal que me influenció mucho. Cruzamos las dos perspectivas y así se vertebró lo que fue el punto de partida de la colección.
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Siempre se dice que el segundo proyecto es más difícil que el primero. ¿Estáis trabajando ya en la siguiente colección? ¿Qué nos podéis contar sobre ella?
María: Te cuento. Nosotros estamos de mudanza. Nos mudamos a Arizona. Entonces ahora estamos dándonos un respiro porque va a ser un trabajo.
Dani: Lo que sí tenemos es muchas cosas claras. Sabemos a qué público nos queremos dedicar, y que no podemos abarcar tanto cuando la marca la llevamos solo nosotros dos. Queremos dedicarnos a sacar colecciones con menos cantidad de prendas pero con más atención al detalle. Pero de momento solo tenemos la casa llena de maletas (risas).
Ambos compartís una clara fijación por lo clásico, desde vuestro feed de Instagram hasta la forma en la que vestís. ¿Cuáles son vuestros referentes dentro y fuera de la moda?
Dani: Yo estoy preparado para esta pregunta. Tengo una lista en el móvil para apuntar  todos mis referentes. Dentro de la moda, mis mayores referentes son Raf Simons, tanto en su marca personal como ahora que está en Prada. También Hedi Slimane, que me ha dado mucha pena que se marchase de Celine. Y luego me gusta, así como nombres más pequeños, Ernest W Baker, que son una pareja que recogieron el nombre de su abuelo, que era sastre, y recoge sus diseños y los adaptan un poco. Eso dentro de la moda. En fotografía ahora mismo me encanta Sarah Blais, que hace fotografía muy espontánea. Bruce Weber es mi fotógrafo de referencia. Todo lo que es comunicación me encanta. Contextualizar una prenda me encanta.
María: Yo no tengo notas, así que seguro que me dejo a alguien. Ahora mismo, me gusta mucho Chemena Kamali, que está en Chloé. Simone Rocha me encanta, Acne Studios… La verdad es que seguro que hay más, pero es que siempre me pasa igual, cuando me preguntan esto me quedo en blanco. Luego me encanta Sofia Coppola. Estoy bastante obsesionada con Elle Fanning. No sé, es que últimamente estoy más obsesionada con algunos materiales, ahora mismo me obsesiona mucho la madera en la ropa.
También sois influencers (no sé si os sentís cómodos con esta etiqueta), y me gustaría preguntaros cómo creéis que repercuten las tendencias virales en redes a la industria de la moda.
María: Bueno, yo creo que tuvimos una época en la que sí fuimos más influencer. Pero a mí me hackearon la cuenta y fue un palo, porque tenía como 30k. Aunque ahora tenemos una comunidad de gente más pequeña pero interactuamos más con ellos. Es verdad que el tema de las redes sociales puede ser muy dañino; al igual que la moda, son dos campos en los que el ego tiene mucho protagonismo, pero nosotros hemos tenido la suerte de que todos los influencers de moda que nos hemos encontrado son gente guay y no son para nada el tipo de estereotipo que se te viene a la cabeza cuando piensas en influencer de moda.
Luego, creo que hemos vivido un cambio muy positivo con el tema de la exposición de moda en redes. Cuando iba al instituto o al colegio, no se veía tanta importancia a la manera de vestir que ahora. Ahora veo a niñas en el colegio que llevan faldas, y me parece muy guay. Se ha acercado la moda a todo el mundo y cada uno está desarrollando más su estilo personal.
Dani: A nivel de comunicación de moda, pienso que está genial que se haya democratizado la moda. Lo que sí pienso es que, como ahora llega a tanta gente, se está perdiendo parte del mensaje que se quiere lanzar desde una marca. Y hay mucha gente que en redes sociales quiere explicar algo en tan poco tiempo que se termina explicando de manera más superficial.
También creo que hay creadores de contenido de moda que no necesariamente saben tan en profundidad sobre aspectos técnicos, que le están ganando terreno a periodistas de moda que sí están especializados, y eso creo que sí que habría que revisarlo, porque tú comparas el periodismo de moda que había hace veinte años con el que hay ahora y está mucho más limitado.
Me gustaría preguntaros por las escuelas de moda, ya que suelen ser lugares en los que se gesta mucha competitividad, además de ser muy caros. Ahora que habéis podido ver vuestro trabajo terminado, ¿recomendáis las escuelas de moda como una fuente formativa fiable, o por el contrario, creéis que a día de hoy se puede ser autodidacta?
María: Yo tengo que decir que mis mejores recuerdos han sido estudiando moda, pero también pienso que se puede ser completamente autodidacta. La realidad es que te enseñan muchos aspectos técnicos, los programas que tienes que usar, cómo coser… Pero nadie te enseña a diseñar. Estoy de acuerdo en que las escuelas de moda son muy caras, pero el tema de la competitividad para mí no ha sido una realidad porque todos nos llevábamos genial y fue una experiencia maravillosa. Depende de lo que quieras hacer no te lo recomendaría. Si quieres tener una marca te recomendaría antes hacer algo de dirección de empresa o marketing.
Dani: Lo realmente positivo de estudiar moda es que en otra carrera no vas a poder encontrar una excusa para ponerte a diseñar.
María: Totalmente. He dicho antes que nadie te enseña a diseñar, pero le terminas dedicando tiempo a conocer qué quieres hacer, a plasmar tus ideas, que realmente es lo más difícil.
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Siendo un mundo tan complicado, ¿por qué la moda? ¿Cómo creéis que os contagiasteis? ¿Qué requisitos creéis fundamentales para moverte dentro de esta industria?
Dani: En mi caso, es que mi madre de joven era modelo, entonces de pequeño para mí ya era una fijación. Y con trece o catorce años ya diseñaba camisetas. Me parece un medio muy potente para comunicar. Es muy fácil crear un universo asociado a una colección de ropa.  Yo también empecé a estar muy obsesionado con Abercrombie y con el universo que creó Bruce Weber, esta estética tan estadounidense; de pequeño quería pertenecer a eso. La ropa es una fachada, creo que te enamoras más del universo al que pertenece.
María: Por mi parte, mi abuela paterna era una fashion victim (risas). Le encantaba la moda, tenía un armario lleno de ropa de gala, muchas revistas… Y yo cada vez que iba a su casa recuerdo que todo estaba impregnado de moda. Luego fui creciendo y en bachillerato estaba muy quemada con los estudios, y llegó el momento de escoger la carrera y estaba entre algo de economía o moda. Pero claro, me daba miedo. Y fue mi madre la que me convenció.
Retomando un poco la pregunta sobre las redes sociales, y en los tiempos tan llenos de incertidumbre en los que vivimos, ¿hacia dónde creéis que se dirige la moda? ¿Os mostráis optimistas frente al futuro dentro del sector?
Dani: Yo creo que la moda está en un valle, y que todo cada vez está perdiendo más su esencia. Hay marcas como Loewe que sí apuestan más por la artesanía, pero luego ves a Louis Vuitton con Pharrell y solo quieren hacer ruido. También ves a muchas marcas que, en lugar de crear una tendencia propia, se suman a otras que ya existen, y eso es un claro reflejo de que se está perdiendo la identidad. Aún con todo eso, pienso que se volverá a restablecer un orden y que sigue habiendo marcas como Bottega Veneta que son muy únicas y están alejados de algo como lo que vengo diciendo.
María: También pienso que pronto se le terminará poniendo aranceles altos a plataformas como Shein o Temu, que hacen mucho daño en este aspecto al resto de marcas. Yo creo que pronto dejaremos ese minimalismo que está tan presente y volveremos a un maximalismo y que cada uno se exprese de una manera más única y diversa.
Es curiosos ver a dos diseñadores trabajando en pareja, ¿cómo os repartís el trabajo o qué dinámicas seguís para ejecutar vuestras ideas?
María: El punto de partida, el diseño y las ideas son cosa de los dos. Es verdad que Dani lleva más el tema de la fotografía y la comunicación, y la confección de las prendas es más lo que yo hago. Aunque hay veces que yo hago fotos y Dani cose.
Dani: Se nota cuando el que cose he sido yo (risas). Pero sí, es una conversación continua, no dejamos de aprender el uno del otro.
María: Creo que la gente piensa que es más difícil de lo que realmente es. No tenemos ningún tipo de discusión. Aunque luego es mucho trabajo y hay días que se hace muy duro. Cuando terminas viendo el resultado final solo sientes satisfacción.
Dani: Nos compenetramos muy bien y tenemos la suerte de que hacemos mucho equilibrio, y cuando uno de los dos está más de bajón el otro la apoya. Lo que no entendemos es cómo alguien lo puede hacer solo. Porque es tanta carga de trabajo que cuando vemos a alguien hacer todo lo que hacemos solo, nos sorprende un montón. Pero al final es eso, sentimos que nos tenemos el uno al otro y así el trabajo sale siempre adelante.
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