El EP debut de Angelica Dhays, Semilla, se presenta como un testimonio del viaje personal de la artista para descubrir su identidad musical y superar la falta de confianza en su propia obra. Este lanzamiento marca su entrada en la escena, donde las experiencias de soledad y tristeza se funden con los sintetizadores para crear un pop ‘ambient-ado’, como ella misma lo describe.
Dividido en tres actos, Semilla refleja la exploración emocional de Dhays, quien fusiona elementos del indie, la música ambiental y los sonidos de los noventa y dos mil para crear un pop único. A lo largo del EP, cada canción refleja las luchas internas de la artista y su proceso para enfrentar la incertidumbre en la industria musical.
A pesar de las dudas que le rodean, en la primera canción, Semilla, Dhays logra crear un paisaje onírico impregnado de esperanza. Los coros nos llevan hacia futuros prometedores: algo que podemos comprobar en el videoclip de la canción, donde entre tomas de orquídeas, lirios y rosas la sentimos empoderada y segura de sí misma. Como una flor brotando y luciendo sus pétalos, la cantante coreografía esa apertura entre destellos de luz, sombras y tonos azules.
Una sensación que en Mueren cristales desaparece: “sé que mi sitio no es estar aquí, no hay sitio para echar raíz”. Es la combinación de guitarra distorsionada, sintetizadores y un cello lo que logra crear un sonido con matices de punk-pop e indie. Más adelante, en Manantial, Dhays reflexiona sobre las emociones abrumadoras del proceso creativo. Con la línea “eres manantial de sudor y lágrimas”, la artista se sincera mientras un ritmo contundente la acompaña creando una sensación casi ritualista.
Lo que destaca de Semilla es la manera en la que Dhays transmite cómo da sus primeros pasos, enfrentando los típicos sentimientos de insuficiencia y dudas propias de esta etapa. Por nuestra parte, estamos deseando verla florecer aún más.
Track favorito: Semilla