Andy Duato está en un momento de crecimiento profesional claro, aunque ella misma evita hablar de exposición o reconocimiento. Prefiere centrarse en el proceso: en lo que cada experiencia le aporta, en cómo va afinando su mirada y su presencia escénica. Con formación en el Centro del Actor y guiada por referentes como Pablo Messiez o Pablo Olewski, Duato se ha ido construyendo poco a poco, sin prisa pero con determinación.
Desde su debut en Hit, donde interpretó a Nora, un personaje complejo que supuso un auténtico reto actoral, ha ido sumando trabajos que le han permitido explorar registros distintos. Pasó por la diaria 4 estrellas, asumió un personaje con acento extranjero en ¿A qué estás esperando? y continúa buscando historias que la reten desde lo emocional o lo físico.
En Olympo, su proyecto más reciente, disponible en Netflix, interpreta a Renata, una joven atleta marcada por el silencio, la autoexigencia y una historia personal que va emergiendo sin apenas palabras. Con este papel protagónico, Andy se enfrenta a una nueva dimensión de su trabajo: construir desde lo mínimo, sostener la emoción sin caer en lo evidente.
En esta entrevista, hablamos con ella sobre sus inicios, sus herramientas interpretativas, los desafíos que ha enfrentado y los que aún busca. También sobre el cuidado en el oficio, las redes, la inspiración fuera del plató y esa necesidad de permanecer conectada con lo que hace, sin perderse en lo externo.
Estás viviendo un momento profesional muy activo, con tu nombre sonando cada vez más. ¿Cómo estás viviendo este crecimiento y esta exposición?
Más que la exposición, estoy sintiendo el crecimiento. Como actriz y como persona. Darte cuenta de los pequeños pasos que vas dando es muy guay. Sentir que avanzas.
Has participado en series como Hit, 4 estrellas o ¿A qué estás esperando? ¿Qué significaron para ti estos proyectos en términos de aprendizaje?
Hit, como primer proyecto y con un personaje tan complejo como Nora, fue un caramelito para investigar como actriz y, a la vez, un reto. Miro atrás y me sentía muy verde, pero fue como un máster de interpretación en cuatro meses. 4 estrellas fue muy guay y me parece importante pasar por una diaria también. Es otro ritmo, te curte mucho como actor. Y ¿A qué estás esperando? fue el primer personaje que hice con otro acento/idioma. Amélie era una chica francesa y tenía que hablar en español con acento francés.
En Hit interpretaste a Nora, un personaje con muchas capas. ¿Cómo construiste su mundo interno?
Primero, entendiendo muy bien el trastorno mental. Luego, aunque nadie con el mismo trastorno es igual, sí hay ciertas conductas o comportamientos que puedes comprender. Así que hice mucha investigación para empezar. Tuvimos la suerte de trabajar con un psiquiatra que nos orientaba para dar veracidad. Y con todo eso ya bien entendido, fui a lo más personal de Nora, que es mucho más que su trastorno. Eso no la define como persona. Entonces, crear ese mundo suyo fue muy interesante.
¿Qué recuerdos guardas de tu paso por 4 estrellas? ¿Qué te aportó interpretar a Fabiola?
Guardo un recuerdo precioso porque el equipo fue maravilloso y había un ambiente de trabajo brutal. Fabiola es divertida y espontánea. ¡Fue muy divertido!
Vienes formándote en el Centro del Actor y con referentes como Pablo Messiez y Pablo Olewski. ¿Qué descubriste de ti misma en ese proceso formativo?
Bueno, descubrí el teatro en París y desde entonces siento que la interpretación me ha hecho conectar mucho conmigo. Te diría que mi cuerpo y alma están más sintonizados desde que soy actriz. ¿Suena cursi, no? (Risas).
¿Qué te impulsa a decir que sí a un proyecto? ¿Qué buscas en una historia, en un personaje, en un equipo?
Busco historias y personajes inspiradores. De todo tipo. En ese sentido, no me cierro a nada. También me noto en una fase de querer probarlo todo.
Olympo llega como un proyecto importante en tu carrera. ¿Qué te atrajo de esta serie cuando te la propusieron?
Sin duda, el deporte y el personaje. Me he enamorado locamente de Renata. La quiero y la admiro, y en cuanto leí los guiones, su historia me conmovió muchísimo.
En Olympo, cada personaje se enfrenta a conflictos relacionados con su identidad, ya que ninguno tiene claro quién quiere ser dentro y fuera de la competición. ¿Cómo te acercaste tú a tu personaje y a su historia?
Primero, adentrándome en el mundo deportivo y en cómo es la vida de un atleta profesional. Eso ayuda mucho a entender a qué se enfrentan los personajes del CAR. Luego, a partir del guion construí junto a los directores y un coach fabuloso ese carácter único de Renata. Te imaginas su pasado, sus pensamientos, cómo reaccionaría en ciertas situaciones, etc.
¿Cuál ha sido el mayor reto interpretativo que te ha supuesto este proyecto?
Renata es un personaje que habla muy poco. Así que fue un reto conseguir que se entienda su historia sin palabras. Fue muy interesante contar desde otro lugar. Te das cuenta de que una mirada, o la gestualidad, lo pueden decir todo.
¿Qué tipo de energía se respiraba en el rodaje? ¿Con qué te quedas de esa experiencia colectiva?
Era nuestro campamento. El equipo técnico era de genios y buenísimas personas. Nos mezclamos mucho. Entre nosotros hicimos muchísima piña también. En general, ha sido un rodaje de ensueño.
En la serie, muchos personajes son capaces de traicionar a sus compañeros, ya que la competición sigue incluso cuando el entrenamiento ha terminado. ¿Crees que todo vale por cumplir un sueño?
Ufff, es una buena pregunta. Pero mi corazón, de primeras, dice que no, que no todo vale. Y menos pisotear a alguien para subir tú.
¿Cómo crees que va a recibir el público esta serie? ¿Hay algo que crees que sorprenderá especialmente?
Siempre habrá opiniones y críticas, buenas y malas, pero pienso que es una serie muy entretenida, con muchas tramas, deporte, personajes tan distintos, y está muy cuidada en todos sus aspectos.
Cuando te enfrentas a un personaje nuevo, ¿por dónde empiezas? ¿Por el texto, la emoción, el cuerpo…?
Un poco todo a la vez.
¿Te ha pasado alguna vez que un personaje te remueva más de la cuenta? ¿Cómo gestionas eso emocionalmente?
Es importante tener herramientas para aprender a soltar. Que no se queden emociones ahí bloqueadas, porque es entonces cuando te puedes sentir rara. Sentirlas por el personaje y dejarlas ir.
¿Sientes que hay alguna constante en los personajes que te llegan? ¿Un tipo de conflicto o sensibilidad que se repite?
Creo que no he hecho suficientes personajes como para responderte bien. Pero desde luego estoy muy agradecida con los que me han tocado. Encuentro que todos tienen algo muy profundo e interesante a nivel humano. Bueno, ¿quién no lo es, realmente?
Este trabajo implica estar muy expuesta. ¿Cómo llevas la mirada externa, la crítica, incluso las redes?
Soy poco de estar con el móvil, cosa que me ayuda. Creo que hay que ser inteligente y saber qué tener en cuenta y qué no, a quién escuchar y a quién no.
¿Qué papel sueñas con interpretar? No tanto por prestigio, sino por lo que te permitiría explorar como actriz.
Depende de la historia, del guion, etc. ¡Son tantos que no sabría ni por dónde empezar!
¿Sientes que las nuevas generaciones de actores estáis cambiando el modo de interpretar? ¿Qué crees que aportáis de nuevo?
Creo que estamos cambiando el modo de trabajar. De cuidarnos más, de saber poner límites, etc.
¿Qué te inspira fuera del plató o del escenario? ¿Qué nutre tu creatividad?
Te diría que principalmente ir al cine y leer. La naturaleza. Las conversaciones con mis amigas, que las amo. Me rodeo de gente muy despierta y eso me encanta.
¿Quién es Andy Duato cuando no está trabajando? ¿Cómo te gusta habitar el tiempo cuando nadie te está mirando?
Me encanta escribir. Tengo proyectos que desarrollo que me motivan mucho. La música me apasiona también. Me mantengo bastante ocupada, la verdad.
Si pudieras dejar una sola idea en quien te vea actuar, ¿cuál sería?
Sinceridad.
