Cuando dos caminos aparentemente opuestos se cruzan, siempre surge una encrucijada. De esa encrucijada brotan chorros incontrolables de tensión, y de ese goteo constante siempre aparece una propuesta. Porque el arte no se entiende sin tensión, porque algo fofo pasa desapercibido a la vista. Y esta máxima creativa nos lleva a la ilustradora Andrea Diez Nin, y de Andrea vamos al rapero Cecilio G, y de esta mezcla explosiva nos encontramos con una colaboración que ha vertebrado de manera exquisita (y un poco sick también, y recalco que lo sick es el oro olímpico de lo cool) dos universos que de primeras parecían ser como la mezcla indivisible de las famosas lámparas de lava noventeras (o Mathmos, para los eruditos).
Andrea Diez Nin es una artista barcelonesa cuyas heroínas son princesas erotizadas que brillan con la luz fantasmagórica de los neones. Y sí, ella puede erotizar lo que quiera a golpe de print porque es su propia propuesta, es poderosa y es postmoderna (odio un poco este término pero no encuentro una palabra mejor). Quizá es ya neo-postmoderna (en fin, que es lo más). Y hay algo muy revelador de nuestros tiempos, un l’air du temps de batiburrillo loco y delicioso en que el rapero Cecilio G haya decidido utilizar una de sus ilustraciones como portada de su último álbum. O como dice la propia Andrea: “Nuestras propuestas se encuentran en el querer ser sinceros. También el ser tan distintos en como presentamos nuestros proyectos nos acaba convirtiendo en complementarios”.
Y es que si hay una disciplina musical que ha heredado todo un universo de machismos varios e imaginería exaltada de todo tipo de objetualizaciones, tristemente es el rap. Y esto no es un alegato en contra del rap porque es un género con muchísimos triunfos también. Y a esos triunfos le añadimos esta nueva generación de raperos que quieren desmarcarse de esas imágenes tóxicas y sumar en vez de restar. O como dice Diez Nin, “las figuras icónicas de hipermasculinidad que se intentaban reinterpretar constantemente están cambiando porque es un estándar super agotador de performativizar… Aburren porque ya no dicen nada”. Amén con sus palabras, finalmente hay algo nuevo bajo el sol (de aquí, de allí y de la Toscana).
En fin, que no nos puede gustar más Andrea y su colaboración con Cecilio. Porque nos habla de tiempos mejores, porque aúna universos aparentemente contradictorios, porque rezuma talento y porque no puede ser más cute que un album de rap lo ilustre una verdadera princesa.
Hola Andrea…¡nos encanta poder entrevistarte para ACERO! Somos súper fans de tus ilustraciones, no obstante, para todos los que aún no te conozcan, ¿cómo te describirías como creadora? ¿Quién es Andrea Diez Nin?
Andrea es una chica nacida en un lugar cerca de Barcelona y que ilustra para poder entender las cosas que siente y sueña.
¿Cuándo empezaste con tus prints? ¿Qué te llevó a elegir este formato como medio de expresión?
Creo que se fue formando poco a poco. En mi preadolescencia estaba todo el día en casa dibujando fanarts de Neopets y las Witch. Los retocaba con un programa parecido a Photoshop que había en aquel momento y los subía a un blog que tenía o los imprimía para regalarlos. Mis padres me regalaron una tableta gráfica con 11 años y ya fue un no parar.
El arte digital y hacer prints es mi lugar sin duda alguna porque puedo crearlos en mi intimidad, sin necesidad de un taller gigante, o un espacio de exposición o constantes desembolsos de dinero en materiales. Solo yo y mi tablet. Soy un poco ermitaña trabajando.
El arte digital y hacer prints es mi lugar sin duda alguna porque puedo crearlos en mi intimidad, sin necesidad de un taller gigante, o un espacio de exposición o constantes desembolsos de dinero en materiales. Solo yo y mi tablet. Soy un poco ermitaña trabajando.
He de decir que me encantan los textos que acompañan a tus trabajos en IG. Son mega poéticos, complementan de manera brutal la imagen: “Todo esto es para los que siempre tenemos sed”, “Lo que veo al apretar muy fuerte los ojos cuando te doy 1 beso”. ¿De dónde salen? ¿Crees que captan el momentum de tus trabajos?
Casi todos mis textos salen de mi app de notas del móvil, escribo ahí todo lo que pasa por mi cabeza para ordenar un poco lo que siento. A la hora de dibujar me apoyo mucho en ellos, son una herramienta más de trabajo. Estos textos los pongo para acompañar mis ilustraciones como pequeñas anotaciones e incluso recordatorios para mi misma, para saber de dónde salió todo eso.
Háblanos de tu universo creativo, lo encuentro tan inquietante. Es como si metiésemos en una mismas habitación las hojitas intercambiables de los 90 (generación de los chupetes y trolls con pelo de colores), el anime japonés, a la Uma Thurman de Tarantino y Hello Kitty, dime, ¿qué te inspira a la hora de crear tus imágenes? ¿Cuál es tu simbología?
Mi universo es casi todo heredado de mi infancia. De pequeña creía que era una princesa, jugaba mucho a las Bratz, leía manga Shojo y tenía toda la habitación llena de figuritas de Pinkie St y peluches. Percibía el mundo como una fantasía y me gusta honrar esa visión de la realidad aun hoy en día.
Al hilo de esta pregunta, ¿cuáles serían tus máximos referentes? ¿A quién admiras?
Admiro muchísimo a Tracey Emin, el descaro de todo su discurso e imaginario ha hecho que se convierta en una de mis mayores referentes.
También a Ai Yazawa, de ella no solo me gusta su diseño de personajes en cuanto a dibujo sino cómo expresan sus sentimientos. En su universo parece que lo único importante es el amor. Otro referente muy importante para mi es Aya Takano, me obsesiona su técnica y la forma en la que consigue que todo parezca salido de un sueño.
Y ahora hablemos de tu colaboración con Cecilio G, al que le has hecho la portada de su último disco. ¿Cómo surgió dicha colaboración? ¿Qué ha supuesto para ti el trabajar con él?
Me escribió para decirme que le encantaban mis trabajos y yo le dije que a mí me encantaba su música. A partir de ahí surgió todo super natural. Colaborar con él ha sido genial porque es súper agradecido y apreciaba realmente mi forma de hacer las cosas.
¿Dónde crees que se encuentran vuestras propuestas creativas? ¿Te gusta el rap?
Creo que nuestras propuestas se encuentran en el querer ser sinceros. También el ser tan distintos en como presentamos nuestros proyectos nos acaba convirtiendo en complementarios. Más bien creo que no me disgusta ningún género musical, el rap en concreto ha tenido mucha presencia en ciertos momentos de mi vida y aunque hoy en día quizás no lo escuche tanto siempre me ha gustado.
¿Crees que este tipo de acercamientos y colaboraciones contribuyen a repensar y replantear la imagen canónica que hemos heredado del rap? Me refiero, en un mundo que ha explotado una visión hipermasculinizada (con todo lo que esto conlleva) de sus protagonistas, las nuevas generaciones parece que quieren romper con estos prejuicios… ¿Qué piensas tú de todo esto? ¿Comulgas con la estética generalizada del rap?
Pienso que las figuras icónicas de hipermasculinidad que se intentaban reinterpretar constantemente están cambiando porque es un estándar súuper agotador de performativizar. A mí personalmente me aburre porque no me dice nada. Ser real y mostrarse como seres sensibles es una nueva y muy interesante representación de poder y fuerza. Mis trabajos surgen desde este marco de vulnerabilidad y emociones, siempre que he descubierto artistas y músicos que también lo hacen han terminado significando mucho para mí.
¿Es la estética reflejo de una ética?
Por supuesto, la estética es un reflejo de nuestra ética interior. No creo que puedas hacer nada sin que tu forma de vivir y tus valores influyan en ello.
Me apetece seguir indagando un poquito más en esto, ¿qué supone ser mujer y artista? ¿Supone algo en particular? ¿Qué piensas de lo que a veces se ha denominado como girly art o arte de/para chicas?
Yo creo que tienes que dar el doble de ti para que no te traten como una ‘niña que hace cosas’. Los espacios reducidos, los tratos distintos, el abuso de poder, etc. Si todas estas experiencias están en cualquier ámbito del día a día delas mujeres en ser artista no iba a ser distinto. En cuanto a la etiqueta de ‘girly-art’, supongo que mi arte podría considerarse como tal porque el porcentaje de mujeres que me siguen es mucho mayor al de hombres pero tampoco es que yo perciba lo que hago como ‘para chicas’ de forma consciente. Lo que si está claro que mis experiencias diarias son inseparables de mi expresión de género y que todo esto influye de forma directa a mis trabajos. Por un lado apoyo el uso de esta etiqueta para poder dar visibilidad (algo super necesario) pero por otro me gustaría que no se quedara en eso, que también se busquen otras formas de incluirnos en los discursos artísticos. Por sí sola esa etiqueta solo funciona como tirita a un problema mayor.
Háblanos de tu colaboración con Bimba y Lola, ¿cómo surgió la idea? ¿Cómo pueden las marcas ayudar a gente joven y creativa a dar a conocer su trabajo?
Pienso que ahora mismo el universo visual de la marca Bimba y Lola y el mío comparten bastante imaginario onírico y naïve. Los ositos, la fantasía, el brillo. Me imagino que me contactaron porque su equipo vio esto también. Creo que, además de valorar el trabajo con un presupuesto justo, es muy importante la visibilidad que pueden aportar. Su voto de confianza en lo que haces es algo fundamental para poder crecer.
Y para terminar, ¿qué nos podemos esperar de Andrea Diez Nin en 2023? ¿Alguna sorpresa inesperada? ¿Algún secreto que compartir?
Quiero explorar mucho el formato del cómic y profundizar más en el textil. Concretamente de este último ya hay alguna sorpresa que intento no desvelar antes de tiempo. Agradezco de corazón todas las oportunidades que me están llegando.
