Creo que todos estaríamos de acuerdo si dijésemos en voz alta que hubo un tiempo, no tan lejano, en el que nos adoctrinaron pensando que ser elegante se basaba en un verbo que nos transporta también a épocas oscuras de interminables clases de matemáticas. Restar se impuso en todos nuestros diccionarios mentales. Restar complementos, restar comentarios y actitudes, resta y vencerás, resta y seguro que aciertas, más vale quitar que poner… En la justa medida se encuentra la (supuesta) virtud de las cosas. No obstante, como en toda época oscura, la luces siempre aparecen para cegarnos de fantasía.
En el mundo de Ana Murillas, creadora de looks que han enamorado desde Rosalía a Bad Gyal, la virtud no se encuentra en aburridas mitades. Ana agita el mundo como una batidora exquisita, hace suyo aquello que James St. James le dijo una vez a Michael Alig, eso de que el camino del exceso lleva siempre al templo de la sabiduría.
Terminamos esta introducción con la magia de nuestra protagonista. Cuando Ana crea una imagen, tanto la cámara como ella lo saben: “Ves cómo se transforma la persona según como la vistas, es increíble lo que puede cambiar la actitud. Hay un momento en que todo está en sintonía, los miembros del equipo, la luz, la localización. Es magia”.
Hola, Ana, ¿qué tal? Es un gustazo poder entrevistarte, pero empecemos por donde hay que empezar. Para todos los que nos leen ahora cegados por el interés, ¿cómo te presentarías? ¿Quién es Ana Murillas?
Bueno, preséntame tú mejor (risas). ¿Quién crees que es Ana Murillas? Me gustaría saber cómo me ve la gente desde fuera.
¿Cómo empezaste en el mundo de la moda?
Era mi vocación, ¡aunque estudié derecho! Al licenciarme sabía que lo que quería era ser estilista y ganarme la vida con la moda pero, claro, no quería estudiar más después de seis años de carrera. Entonces conseguí meter la patita en una agencia de fotógrafos que también era productora. No era 100% lo que quería hacer pero ahí vi mis primeros shootings, cómo iba la vaina, hacía presupuestos, listas de luces, etc. Era una pseudobecaria. Y ya empecé a currar poco a poco con los estilistas que pasaban por ahí y fui subiendo, así resumida la cosa.
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¿Crees que aún existen ciertas jerarquías entre diseñadores y estilistas?
Para mí no entramos en conflicto, tenemos un rol muy diferente, por lo que no creo que pueda haber jerarquías. Ambos nos necesitamos los unos a los otros.
¿Cómo definirías en términos técnicos tu trabajo?
Técnicamente soy conseguidora de cosas (risas). En esto me enseñó mucho mi curro en producción. A conseguir lo que quiero, pensar en opciones y, si no lo encuentro, crearlo y pensar out of the box, hacer las cosas yo misma, etc.
¿Cómo consigues crear una atmósfera, un concepto, a través de la ropa?
Pues eso es lo que no es la parte técnica de mi trabajo: la visión creativa propia de cada uno. Utilizo mis referentes, lo que me gusta, imágenes que tengo en mi cabeza, personajes de pelis o lo que sea, y trato de construir personajes que evoquen lo que quiero transmitir. Básicamente, siempre hay ciertos rasgos o características que evocan otras épocas, por ejemplo. Pues es utilizar eso e intentar expresarlo a través de la ropa.
¿Cómo has conseguido trabajar con personajes tan potentes como Rosalía?
Llevo más de veinte años en la industria y en constante evolución, siempre miro lo que pasa a mi alrededor, soy muy curiosa. Me atrevo con todo, no me importa arriesgar y siempre estoy en constante evolución, aunque con ese background detrás, mucho aprendizaje a mis espaldas. A eso le sumas todos los recursos, contactos, etc. que he conseguido en este tiempo… No es fácil trabajar a ciertos niveles, hay mucha responsabilidad y pasta en juego. Por eso también es difícil llegar a algunas esferas cuando no tienes experiencia, aunque el talento sea básico.
¿Nos puedes contar alguna anécdota de tu trabajo con ella?
¡Pues la chaqueta de los dólares de Moschino desapareció! Alguien debe tenerla como reliquia (risas). Fue preparado en tres días. Uf, fue mucho estrés, hicimos todo nosotros (mi equipo): los extra del público, los trajes de las bailarinas son custom-made...
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¿Qué ha supuesto para ti vuestra colaboración?
La verdad me abrió el camino a la industria musical, trabajar con otros artistas y hacer más videoclips.
¿Cuál dirías que es la década prodigiosa de la moda?
Buah, cada una tiene su cosa, pero creo que los 80 fue muy heavy en términos de ostentosidad y fantasía. Fue muy diferente, y una explosión de sexualidad también.
¿Hacia dónde camina el siglo XXI en términos de diseño?
Más que en términos de diseño, está claro que lo que prima es la experimentación en cuanto a materiales y técnicas textiles. Y también la sostenibilidad.
¿Crees que lo que define nuestros tiempos es la reinterpretación constante y loca de otros tiempos?
Hasta el momento un poco sí, pero eso es lo que pasa con el arte. Se toma lo del pasado y se reinterpreta desde una visión actual.
¿Te sientes camp?
Totalmente. Me encanta jugar y llevar al extremo lo que puede ser kitsch, pero sin que sea hortera, ¿sabes lo que te digo? Provocar. Que no pase nada desapercibido. Minimal no soy (risas).
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Foto: Lois Cohen
¿Por qué es tan poderoso que las chicas al fin decidan cómo y cuándo usar las armas de la sexualidad?
Si lo eligen es genial, y es hacia ahí a donde debe llevar el avance y hacia donde ha de ir la sociedad en general. Aunque no hay que confundir empoderamiento con sexualidad. Y la sexualidad también tiene muchas formas, no es solo enseñar o vestir como quieres, ha de ir acompañada de una verdadera libertad, también con una mente abierta, o caeríamos en una simple cosificación de la mujer. Para mí es un tema muy complejo y que en cada caso es diferente.
La moda no solo refleja los tiempos, sino que los encapsula, los define sin los laberintos que a veces suponen las palabras. ¿Piensas en tu trabajo como algo que trasciende la pura creación de una imagen que impacta?
¿Te parece poco crear imágenes impactantes en una sociedad comercial como en la que estamos? ¡¡No es tan fácil!! Lo que sí que puede trascender no son tanto mis imágenes sino una trayectoria personal que puede ser un ejemplo para otras mujeres jóvenes que tienen inquietudes.
Te tengo que decir que tu editorial Motosport me fascina. El vestido mojado, los zapatos una talla más grande… Me parece realmente poético y sexy. ¿Hay algún momento, mientras trabajas, en el que sepas que has conseguido la imagen que buscabas?
Sí, eso se ve, se siente. Ves la imagen en la cámara y lo sabes. También ves cómo se transforma la persona según como la vistas, es increíble lo que puede cambiar la actitud de una persona. Claro que aquí hace falta que todo esté en sintonía y que todos los miembros del equipo, la luz, la location, etc. funcionen. Es magia.
¿Quién es la persona en la historia del mundo que para ti sea la más entre los más?
No sé, tío, mucha peña. Es que hay mucha gente que era top en lo suyo, mucha gente que ha apoyado muchas cosas en tantos planos diferentes.
¿A qué referentes vuelves siempre a la hora de inspirarte?
Pues la verdad, mucho de los 80, desde Mad Max a Helmut Newton o el hip hop old school Me encanta el oro, los tacones, las pieles, los doberman.
¿Podemos contar cualquier historia a través de la ropa?
Sí, pero no solo a través de la ropa, necesitas elementos de apoyo y crear un ambiente que sirva de contexto al personaje. El set o la localización, los props, es como pintar un cuadro.
¿Dónde te veremos próximamente? ¿Hay sorpresas maravillosas en tu horizonte?
Ni yo lo sé, pero la vida siempre te sorprende :)
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Foto: Anxo Casal
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Foto: Anxo Casal