Enfrentándose ante las inconformidades y dualidades de la juventud, pero con más seguridad y confianza que nunca, Amaia publica su nuevo y esperadísimo álbum Cuando no sé quién soy. Ella lo tiene clarísimo: ser fiel a sí misma y mandarlo todo a la mierda si hace falta; eso es lo que quiere en su vida. Pero también expresar sus emociones, compartirlas con alguien especial y consolidar su nombre en la industria.
Cuando no sé quién soy se ha convertido, sin duda alguna, en la verdadera carta de presentación de Amaia en el panorama musical. Mecida entre sonidos pop rock, junto a producción de Alizzz, nos demuestra que su carrera discográfica no ha hecho más que empezar. De las nuevas canciones que todavía no conocíamos –Dilo sin hablar, La vida imposible, Pesimista, La persona y Santos que yo pinte– no hay muchas sorpresas en lo musical, pero sí nos ha encantado como se burla, se queja, se ríe y grita de todo lo que siente y piensa.
“Con un simple chasquido de dedos puedo hacer que te caigas al suelo, puedo hacer que ya no te levantes, pero no hacer nada es más elegante”, canta en La vida imposible. Cuando no sé quién soy es un álbum con el que es difícil no conectar, en el que la salud mental, las coñas, la inocencia y el ego son algunos de los ingredientes principales. Ah, y por favor, que no caiga en el olvido: “¿Quieres ser mi amigo? Cómeme el higo”.
“Con un simple chasquido de dedos puedo hacer que te caigas al suelo, puedo hacer que ya no te levantes, pero no hacer nada es más elegante”, canta en La vida imposible. Cuando no sé quién soy es un álbum con el que es difícil no conectar, en el que la salud mental, las coñas, la inocencia y el ego son algunos de los ingredientes principales. Ah, y por favor, que no caiga en el olvido: “¿Quieres ser mi amigo? Cómeme el higo”.