Encumbrado por méritos propios como una de las figuras más relevantes de la música española, el productor y cantante Alizzz vuelve a irrumpir en la escena tras el rotundo éxito de su primer disco, con un explosivo EP titulado Boicot. Con este nuevo trabajo, el catalán, sin complejo alguno, pega un golpe sobre la mesa y se deshace de etiquetas para entregarse a la pura experimentación, jugando con diferentes géneros como el rock o la electrónica, mientras nos descubre los entresijos de la industria, pero también sus propios miedos y anhelos. ¿Quién es realmente Alizzz? Ese es el gran misterio que nos plantea en su EP. Y aunque a ratos pensemos que de verdad podemos desvelar esa pregunta, el artista nos guiña un ojo y nos demuestra que es mucho más enigmático de lo que habíamos llegado a creer.
Entrevista extraída de ACERO vol. 4, publicada en mayo de 2023. Hazte con tu copia aquí.
Lo de Alizzz siempre ha sido una historia de amor. Amor por la música, amor por el amor, pero sobre todo amor por el tiempo. Todos los minutos que pasamos escuchan- do cada uno de sus temas nun- ca pasan en balde, porque Alizzz consigue convertirlos en arte, en algo capaz de agitar nuestra realidad para hacernos volar tan lejos como queramos. Sus comienzos no fueron fáciles y hubo momentos en los que rendirse parecía una opción, pero a Cristian Quirante le gustan los retos y, dejando de lado todos sus temores, ha pelea- do sin descanso hasta lograrlo. Conocido por un virtuosismo casi sobrenatural en lo que al dominio de géneros musicales se refiere, Alizzz no ha tardado en convertir- se en uno de los productores más importantes de España y en una pieza clave para la carrera de artistas como C. Tangana o Amaia, brindándoles varios de los hits más recordados de sus respectivas trayectorias. La presentación oficial de Alizzz como cantante llegó con el disco Tiene que haber algo más, que recibió el aplauso unánime de la crítica y del público convirtiéndose de paso en uno de los trabajos más celebrados de 2022. Una joya en la que era capaz de mostrar su vulnerabilidad de manera honesta, y a la vez componer una oda a esas ganas de huir hacia delante y a esas no- ches eternas plagadas de errores
y amores con fecha de caducidad. Letras como las de El encuentro o el ritmo de Ya no siento nada, e incluso su inesperada colaboración con Rigoberta Bandini pertenecen ya al imaginario colectivo, y a día de hoy siguen sonando en todas las plataformas multimedia
Y aquí estamos nosotros, sin podernos resistir a su magnetismo; porque sin darnos cuenta, Alizzz nos ha atrapado. Atrapado en su universo personal, plagado de lágrimas y humo. Pero el cielo es el límite y Alizzz ha venido a jugar, demostrando que no sólo sabe crear estrellas sino también ser una de ellas. Con un Grammy Latino a sus espaldas y tras colgar el cartel de sold out en todos los conciertos de su primera gira en solitario, ahora llega un momento dulce en el que no debe demostrar nada a nadie. Es el puto amo y si no te gusta te aguantas. El éxito es suyo.
Mientras la industria musical se rinde a sus pies, Alizzz nos sor- prende con Boicot, un EP donde muestra su lado más irreverente y desenfadado, atreviéndose a hablar de lo que muchos consideran temas tabú: el clasismo, la fama pasajera, el miedo a dejar de gustar o a la melancolía hacia una juventud que, sin percatarnos, ya llegó a su fin. Las canciones de Boicot suponen en cierta manera una disección de su identidad, quién es Alizzz realmente y qué le preocupa en este mundo tan loco. Podemos encontrar un poco de todo, tenemos una balada optimista y meliflua en Todo está bien, una bomba de adrenalina en vena con Pierdo el sentido o juerga y desenfreno en Que pasa nen, un homenaje en toda regla a aquellos años de adolescencia en su querido Castefa. Alizzz no entiende de cánones ni reglas. Esa parece ser precisamente su misión: acabar con lo establecido y hacer evolucionar la música para llevarnos hasta el próximo nivel. Y es que si las reglas están para romperlas, él las ha pulverizado absolutamente todas.
Siempre me encanta preguntar esto al empezar, ¿cómo te sientes? ¿Qué tal estás viviendo la recepción de tu nuevo trabajo?
Había muchas ganas de sacar música porque tengo bastantes cosas nuevas por estrenar. Estoy trabajando en el segundo álbum, pero antes quería sacar algo de lo que he ido haciendo. Lo más lógico hubiese sido ir lanzando EPs, pero me parecía aburrido, así que intenté ver qué me estaba pasando por la cabeza que tuviera sentido a nivel conceptual y que pudiera englobar varias canciones. Tenía varios temas que giraban en torno a la crítica, el humor, con estructuras más difíciles y extrañas, y por eso decidí meterlas en Boicot.
Entiendo, por lo que me cuentas, que dentro de tu proceso creativo el concepto es algo que surge tras componer estas canciones.
Yo tengo mis obsesiones, mis lugares comunes y mis neuras, y suelo escribir siempre sobre esas cosas. Tampoco me cuesta mucho dar a las canciones un enfoque conceptual, es algo que está en mi proyecto en general. Nunca me pasa el tener un concepto que usar de base como hacen mucho otros artistas. Me sucede lo contrario. Desarrollo lo que va pasando y luego pienso en la manera de juntar esos temas. El concepto surge sobre la marcha.
Ya que las has mencionado, ¿cuáles son tus neuras?
Suelo escribir sobre escenas que yo considero románticas. Eso es a lo que le doy vueltas en mi cabeza. Me gusta acceder a esas historias que he vivido o que he escuchado y capturar un instante que puede durar un minuto, unas horas, una noche... Esos momentos que considero románticos de mil maneras diferentes, me gusta atraparlos y mostrarlos, sin explicar cómo empiezan o cómo acaban para así permitir que quien escuche las canciones pueda leer entre líneas. No busco ser súper metafórico, pero sí algo poético.
Entonces podemos afirmar que Alizzz es un romántico.
¡Mogollón! Me encanta el amor, necesito sentirlo en mi vida diaria, soy enamoradizo y, sí, creo que soy romántico. Me fijo mucho en los detalles, presto atención a ese tipo de cosas. Además, considero que lo soy en el sentido convencional de la palabra.
Hablamos un poco del amor clásico, ¿no?
Sí, me guste o no, el romántico es mi tipo de amor, aunque muchas veces no sea el más adecuado. A veces en la vida, uno no puede escapar de quién es y de la manera en la que ha crecido y de los referentes con los que se ha criado. Intentamos huir de lo que nos ha hecho ser como somos, pero al llegar a la etapa adulta cuesta muchísimo, al menos a mí.
No sé tú, pero yo me he dado cuenta de que los gestos románticos, como que hemos perdido la costumbre de tenerlos, ¿no? Incluso de recibirlos. Somos unos incomprendidos (risas).
Puede ser, sí. Yo considero que no he perdido lo que tú comentas, esa costumbre de tener gestos románticos. ¡A mí eso no me ha pasado! (risas). Yo de mi vida personal no quiero hablar, pero sí tengo amigos que están solteros y que usan aplicaciones y me cuentan sus vivencias. Todas las historias que me cuentan hacen que tenga la impresión de que muchos de ellos se sienten un poco como mercancía. Con esto quiero decir que parece que el amor que está más de moda entre nosotros es un sentimiento de naturaleza muy líquida, que se disuelve fácilmente, que se escapa, que se nos escurre, que quizás incluso sea un poco insustancial.
Ahora como hay mucha accesibilidad a la hora de conocer a gente nueva...
Sí, escucho muchas historias de nuevos modelos de pareja últimamente y que creo que están muy bien. El amor convencional tampoco termina de funcionar y, al final, puede resultar un engaño.
Creo que depende mucho de la forma de ser de cada uno. ¿Tú estás abierto a esas nuevas formas de amor?
Sí, porque algunas sobre el papel tienen sentido. Está bien explorarlas, y lo bueno de tener ya experiencias con parejas es que puedes ir viendo lo que funciona y lo que no. Aunque, en general, veo que tampoco son muy efectivas (risas).
Ya que tengo la oportunidad de hablar de amor con un romántico me gustaría saber, ¿cuál es la diferencia para ti entre ser un romántico y un moñas?
¿Qué es un moñas? (risas).
¿No sabes lo que es? Cuando alguien se pasa de la raya y sus gestos son una pastelada.
Un cursi, vamos.
¡Bingo! (risas).
A ver, hay cosas que las veo y, como tú dices, pienso que son una pastelada. Pero, más allá de eso, me he dado cuenta de que la gente hace muchas cosas de cara a la galería, a las redes, todo muy peliculero. Cuando veo algo así, impostado, me da la impresión de que no es genuino y que está hecho para los demás, como si fuese un programa de televisión. Eso no me acaba de molar.
Muchas de tus canciones hablan de cuando se pasa mal por culpa de una relación sentimental, ¿es fácil seguir siendo romántico pese al sufrimiento?
Es una pregunta complicada. Con el tiempo he ido entendiendo que la esperanza no es algo infinito, tiene un límite y una fecha de caducidad. Si te metes en la espiral del amor instantáneo, el amor líquido que te he comentado, puedes acabar medio roto de la cabeza y sin entender lo que quieres. Lo digo por experiencias sobre gente que conozco que huyen de lo convencional, van de aquí para allá, y luego no saben muy bien qué desean tener, si una cosa u otra. No saben si decantarse por un modelo convencional o por algo diferente. Creo, sinceramente, que existe un punto de no retorno, y creo que todo, al igual que nos pasa con la problemática que surge de las redes sociales, deriva en el consumismo y en las miles de opciones que nos rodean, que hacen que no podamos tener algo en lo que centrarnos. Te pongo un ejemplo un poco raro. Durante la pandemia me pillé una Nintendo 64 que me encantaba cuando era adolescente, y al volver a jugar la encontré absurda y aburrida por no sentir suficientes estímulos. Y es que no podemos volver atrás y, lamentablemente, con el amor pasa lo mismo.
Claro, es lo que te digo. Antes podías centrarte en conocer a una persona, pero ahora en tu propio móvil tienes acceso a conocer a miles y miles con tocar la pantalla. Ahora es mucho más fácil tener siempre un pie fuera cuando te involucras con otra persona. Todo resulta mucho más complicado.
Sí, totalmente. Esa forma de relacionarnos hace que se activen cosas en nuestro cerebro que impiden que puedas volver atrás una vez ya las has probado, la serotonina no perdona.
Esto hace que me venga a la cabeza la forma en la que consumimos música. Antes un disco te cambiaba la vida. Hoy se estrena muchísima música todas las semanas y la engullimos con una voracidad alarmante.
Siempre he intentado huir de todo eso, hacer lo contrario, por- que no quiero ser esclavo de las formas de hacer música actual. Intento pensar en hacer algo que perdure, que no haga falta que sea descubierto ahora por todo el mundo, pero sí que aguante muy bien el paso del tiempo. Creo que una manera de conseguirlo es no depender de las estructuras pop que crean un contenido rápido y pensado para redes sin tener en cuenta para nada la creatividad. Prefiero trabajar en piezas conceptuales que tengan un empaque y puedan englobarse en un álbum y no limitarme a lanzar singles. También te digo que la gente se está aburriendo, se nota cierto hastío y está surgiendo un cansancio hacia el consumo rápido. Muchos artistas están trabajando más en álbumes que en sacar singles, y eso hace unos años no pasaba.
¿Se avecina un cambio en la forma de consumir música?
Hace tiempo que hay una situación de bloqueo en la música mainstream. No sé hacia dónde irá la cosa, sí sé que el consumismo rápido no está creciendo, y que los estilos que están de moda tampoco lo están haciendo. Van a crecer nuevas maneras de hacer música.
"Alizzz es simplemente una parte pequeñita de Cristian, es un trocito de mí. no puedo ser todo el tiempo Alizzz, me volvería loco".
¿Eso no da miedo? ¿Que venga lo nuevo y quedarse atrás? Me refiero a esa obligación de estar siempre en el candelero. Parece que los artistas estáis siempre obligados a no parar y a ofrecer constantemente algo al público.
Creo que lo llevo bien. Fíjate que yo he estado más de diez meses sin sacar nada, y eso para muchos puede parecer una locura. Si tienes algo interesante que decir da igual el tiempo que pase entre un lanzamiento y otro. Yo lo que no puedo es parar de hacer música, perder esa chispa que se nota cuando estás creando. Necesito estar constantemente activo y siento que si estoy mucho tiempo inactivo puedo llegar a apagarme. Es independiente de cuándo lanzas o muestras al público tus trabajos, me refiero al hecho de seguir creando.
De esta entrevista me parece que podemos sacar una conclusión y es que Alizzz es un adicto al amor y a la música.
Sí, necesito esas dos cosas en mi vida.
Pero estoy seguro de que como artista te inquietan otros temas.
Hay muchos temas que me inquietan. En Boicot he hablado de temas culturales y sociales en temas como Superficial, Que pasa nen o en Los mejores. Son cosas que me despiertan interés y con las que soy muy crítico. También he hablado en mis canciones del tema de hacerse mayor.
He percibido que en varias de tus canciones hablas de ese miedo al futuro, del vértigo que genera el paso de los años, ¿es un sentimiento que se encuentra presente en tu día a día?
Sí, sí me pasa, pienso que viene determina- do por lo mucho que me ha costado dedicarme a la música. Trabajar en esto me ha llegado bastante tarde, pese a llevar haciendo música mucho más tiempo del que se me conoce, y hubo muchos momentos en los que sentí que quizás no iba a lograrlo. Me costó tanto, tanto, tanto, que lo logré casi de rebote, y por eso me da miedo que se me acabe. Sé lo que es tener un trabajo que no te hace feliz y no quiero volver a eso. Cada día pienso en la suerte que tengo y lo agradezco mucho.
Multitud de artistas se diversifican a lo largo de los años. Tú no solo eres cantante, eres un reconocido productor, pero aún así me gustaría saber si tienes un plan B por si todo esto se viene abajo y hay que cambiar de vida.
Llevo bastante tiempo dedicándome únicamente a la música y he abierto diferentes ramas. No soy solo artista o productor, si alguna de esas cosas me va mal, tengo otras que me permitirán seguir manteniéndome. Creo que tengo una carrera bastante sólida y quizás ese miedo es algo infundado.
Tus canciones no paran de escucharse, has ganado un Grammy Latino y vendes todas las entradas en los conciertos. Imagino que eso debe dar un poco de tranquilidad (risas).
Tengo ciento cuarenta canciones publicadas como autor o compositor, que equivale a tener propiedades. Algunas son clásicos del pop español y otras han sido grandes éxitos, es algo que me da tranquilidad. Yo no me considero el rey del pop español, pero sí alguien que en los últimos años ha tenido relevancia.
Muchas veces se tiende a pensar en el cantante como alguien que no tiene preocupaciones, que vive una vida fácil llena de lujo y éxito. ¿Crees que mitificamos en exceso a los artistas?
Depende de lo bien que te vaya y de lo capaz que seas para lidiar con la presión y la ambición. Puedes ser un artista de éxito con una vida relativamente cómoda, pero estar muy puteado por otras muchas razones. Yo me considero un afortunado, tengo una vida con un montón de problemas y no más que cualquier otra persona que también trabaje. Soy consciente de la suerte que tengo por poder montarme mis hora- rios y conciliar respecto a un trabajo más convencional.
¿La fama y el éxito han cambiado la manera de afrontar los problemas que surgen en tu vida?
Durante mis comienzos en la música lo hacía todo yo solo y terminé reventando. Con el tiempo he ido aprendiendo a delegar, a rodearme de gente con la que saber trabajar y que te ayuda a remar para no tener que comértelo todo tú. Con el éxito he aprendido a trabajar en equipo.
¿No crees que hoy en día se ensalza mucho más la figura del productor y que ya no está en un segundo plano?
Puede ser, sí. Depende de cada productor y de las ganas que tenga de ser más popular y de estar en el candelero. Es una cuestión personal. El éxito del productor creo que se mide más dentro de la industria. Hay un productor ultra top, carísimo y que nadie conoce su nombre si no trabajas en este mundillo, y luego hay otros que han decidido ser también celebrities.
Para alejarnos un poco del tema de la industria me gustaría hablar del pasado. Uno de los temas de Boicot titulado Que pasa nen habla de cuando eras más crío y de cómo te divertías. ¿Cómo era Alizzz por aquel entonces?
A mí siempre me ha gustado mucho la música electrónica y he salido mogollón. Recuerdo que en ese momento no había Shazam y yo siempre estaba preguntando a todo el mundo por los temas que sonaban. Al ser tan flipado de ese tipo de música, seguramente podrías haberme
pillado en algún club o antro de Barcelona. Durante una época viví en Berlín donde también me habrías encontrado en algún otro antro o en un after. Hubo unos años en los que las raves de Barcelona despertaron mucho mi interés.
Animal nocturno por excelencia, ¿cómo ha ido cambiando tu relación con la noche con el paso del tiempo?
Por mi trabajo siempre he vivido de noche. Los artistas solemos trabajar mucho durante esas horas, cuando no hay interrupciones y la atmósfera es distinta. Más allá de eso, siempre me ha gustado salir y creo que tengo una relación romántica con la noche.
Cuidado, que la noche puede ser una amante peligrosa, hay que tener cuidado con ella o puedes perderte.
Llevas razón con eso que dices, pero yo soy consciente de que hay que tener relaciones sanas siempre que se pueda, e incluso con lo que puede llegar perderte. Si no, es mejor no tenerlas.
¿Y la relación entre Alizzz y Cristian?
Alizzz es simplemente una parte pequeñita de Cristian, es un trocito de mí. No puedo ser todo el tiempo Alizzz, me volvería loco. No puedes ser tan intenso como una canción todo el rato. Hay que dejarse tiempo para ser una persona normal, para no molar siempre. Está bien tener tu espacio de no artista, de ser alguien que simplemente va a comprar el pan o a tomar un café.
¿Podrías mencionarme un tema que, al igual que nos pasa a todos con tus canciones, te haya emocionado un día cualquiera?
No te sabría decir. Escucho mucha música suelta; aunque diga que los discos están volviendo, me cuesta escucharlos enteros (risas). Las cosas que hace el cantante japonés-australiano Joji me están llegando mucho últimamente. Su híper famosa balada Glimpse of Us me dio la impresión de que me tocaba muy profundo.
Ahora te hago la pregunta contraria, ¿qué te gustaría que sintiera alguien cuando escucha Boicot?
Con este EP, aparte de tratar siempre de alcanzar la euforia, me gustaría que la gente sintiera ese subidón que te hace querer mandarlo todo a la mierda aunque no puedas. Quiero que tengas la sensación de que al me- nos durante unos minutos creas que puedes romperlo todo. A veces, necesitamos darle la vuelta a nuestro mundo, incluso si es solo por un breve instante.