No hay nadie como Àlex Monner. Es una criatura extraña, cercana pero remota, ferozmente independiente y muy, muy inquieta. Su amplia filmografía habla por sí sola y compone la exacta radiografía de un actor que empezó en su adolescencia y que se ha ido descubriendo a sí mismo proyecto tras proyecto. Desde su papel protagonista en la aplaudida serie Pulseras rojas hasta su éxito más reciente, La Ruta, que se alzó con los máximos galardones en los Premios Ondas y Los Feroz. Su particular gusto a la hora de escoger papeles lo han llevado a interpretar personajes al borde del abismo, perdidos en los vicios y en la noche y siempre peleando contra sus irrefrenables impulsos.
Entrevista extraída de ACERO vol. 7, publicada en abril de 2024. Hazte con tu copia aquí.
Su compañero y amigo el también actor Ricardo Gómez lo define como “un artista cada minuto de su vida. Haga lo que haga. Artista a pesar de su tiempo”. Pau Freixas, Paco Plaza o Isaki Lacuesta son algunos de los nombres presentes en la larga lista de directores con los que Àlex ha trabajado, y que le han convertido en uno de los actores más interesantes del cine español, protagonizando grandes series sin dejar de abanderar proyectos más alternativos. Los bárbaros, donde se reencuentra con Greta Fernández tras La hija de un ladrón, es su última joya independiente y cuenta una poco convencional historia de superación. Pero ahora Àlex se enfrenta a un nuevo reto, tomar las riendas de su primera película como director y de su nueva banda de música Fals Crit. Junto con varios colegas, ha creado este grupo que juguetea con el rock más enfadado y con el pop más rebelde. Y es que Àlex Monner no tiene intención de parar, sigue dispuesto a romper con lo establecido y a continuar su propio camino. La aventura es infinita.
¡Pero ponte la cámara!
¡Voy, voy!
¡Olé!
¿Qué pasa, tío?
Pues aquí ando, en casa de mis padres. Visitando a la familia.
Yo en casa, con un amigo que me ha preguntado si nos conocíamos por hacer él la entrevista en mi lugar (risas).
No habría colado, chato. ¡Que nos conocemos ya!
¡Llevas razón! (risas). Pero lo que te comentaba, estamos aquí en casa mirando los trámites para sacarnos el ESTA. Nos vamos este verano de viaje a Estados Unidos.
¿A qué parte?
Volamos a Seattle. Tenemos una amiga en el estado de Washington. La conocimos este verano y vive en una casa por esa zona. Nos invitó a que fuéramos a pasar unos días allí.
Pero, ¿la conocéis bien?
La conocemos desde hace poco pero, no sé, le caímos bien.
¿Sabes que así comienzan las películas de terror? (Risas).
¿Te imaginas que vamos a Estados Unidos y nos terminan usando para un vídeo snuff?
¡No por Dios! Aunque nunca se sabe… (risas) ¿Has estado ya en Estados Unidos?
Sí, cuando tenía veintiún años estuve una temporada estudiando en la New York Film Academy. La verdad es que no la recomiendo.
Yo también pasé una época allí cuando tenía esa misma edad. Fueron unos meses locos. Oye, las fotos que acompañan esta entrevista las hicimos en tu casa pero recuerdo que hace unos años me contaste que viviste en una nave industrial.
Sí, hace unos años con mi ex novia. Era más un local que una nave.
¿Qué tal la experiencia?
Bien, me gustó. Viviendo en un sitio así tienes mucho espacio. En la nuestra no había mucha luz, pero la cocina estaba abierta y daba la sensación de vivir en un espacio muy amplio, que podíamos distribuir como queríamos.
¿A quién se le ocurrió la idea de ir a vivir allí?
A los dos. La gente de Barcelona lleva una temporada empezando a mudarse a sitios industriales, que te ofrecen un espacio diáfano y que a priori invita más a crear, a construir un espacio físico y mental que te ayude a desarrollar tus propios proyectos.
Qué bohemio suena.
Sí, la verdad (risas).
¿Cuánto tiempo llevas en la casa en la que vives actualmente?
Aquí llevo viviendo tres años. Entré en 2021 e hice alguna reforma. Quería conservar un poco de ese espacio diáfano que tenía en la nave. Tener un espacio abierto en casa te ayuda a verlo todo con una perspectiva diferente. Tuve la suerte de poder comprarla y arreglarla para sentirla un poco más mía. Y desde entonces, aquí sigo.
¿Te consideras una persona casera?
Cada vez más. Ahora llevo unos cuatro días sin salir de casa.
¿En serio? ¿Y qué haces?
La mayoría de estos cuatro días los he pasado solo, pero el resto del tiempo los colegas han estado yendo y viniendo. Mi primo vino del País Vasco de visita y me ha estado acompañando un poco. Pero la verdad es que llevo bastantes días encerrado en casa preparando unos documentos para la Acadèmia del Cinema Català. Estoy desarrollando una película, un largo de ficción.
¿Vas a dirigir tu primera película?
Sí, pero todavía estoy levantando el proyecto e intentando encontrar una forma de inyectarle dinero para llevarlo a cabo.
¿De qué va la trama?
La película habla de ese cambio de etapa entre la adolescencia y la edad adulta, de esa reconexión, que se produce en ese preciso momento con los miembros de tu familia con los que te habías distanciado. Cuando uno pasa de ser un crío a un adolescente, repudia un poco a su familia. A mí me pasó precisamente eso. A mis veinticinco decidí parar, dejar a un lado los malos hábitos, dejar de ser quien había sido durante mi adolescencia, para entrar en la vida adulta. En ese momento volví a conectar con mi familia y me redescubrí a mí mismo a través de ellos.
¿Y quién va a interpretarte a ti en tu película?
El otro día, durante una exposición de un colega en la que le eché una mano, vi a un chaval y, por primera vez, pensé en alguien que quizás podría hacer de protagonista. Ya actuó en una peli muy punki con Miguel Ángel Blanca pero no creo que haya hecho ninguna otra. Cuando lo vi en la exposición me vino a la mente que podría participar en la película haciendo de Gael, hasta ahora nadie más se me ha venido a la cabeza.
Estás empezando una nueva aventura.
Está todo escrito. Hay una estructura, una película que empieza y acaba con unos personajes que se transforman. Aún necesita pasar por todas las fases necesarias para obtener unas credenciales, imprescindibles para que una película se tome en serio, que la gente confíe en ella y apueste por el proyecto.
Tú llevas mucho tiempo en la industria del cine. ¿Algún compañero te ha dado consejos para emprender este nuevo reto?
Me han dicho que no tenga prisa, que el proceso es largo y costoso. Hay muchas etapas por las que debe de pasar una película hasta poder hacerse realidad. Me cuesta, pero es una idea que también me cabrea porque, en cierto modo, es como una maldición: sentir la necesidad de hacer cine. Sé que hacer la película es una idea que no se me va a quitar, y que debo enfrentarme a este reto. Tengo que ser consciente de que un proyecto así cuesta mucho dinero y que conseguirlo no va a ser fácil.
¿Estás preparado?
No me queda otra. Estoy aprendiendo a quitarme las prisas, a intentar superar esa incapacidad de relativizar todo debido a mi edad. Aún somos jóvenes. Me cuesta mucho ver las cosas con perspectiva y debo entender lo que valen, que no son inmediatas, que hay que dejar que el tiempo macere poco a poco las ideas. ¡Esto no es como hacer un fanzine! Al mismo tiempo, hay algo que me gusta de todo esto: que al ser un proceso largo voy descubriendo cómo se crea una película, de dónde llega el dinero para levantarla y quiero enamorarme de ese proceso.
Pero a mí me vas a dar un papel en la película, ¿verdad?
¿Qué te parece hacer de cocinero? ¡Es coña! A ti te veo como el mítico crítico de cine, fumando un cigarrillo en la terraza de un bar, juzgando y mirando mal a todo el mundo.
Anda, que vaya idea tienes de mí, chaval.
¡Yo te visto por Madrid así alguna vez!
A ver si me voy a escribir una crítica de tu grupo de música (risas). Es broma, he escuchado las primeras canciones que habéis sacado y me han gustado. ¿Cómo empezó el proyecto?
No creo que mis ganas de hacer música salgan de algún sitio que no te puedas imaginar. Nacen de las ganas de tocar y de tener un grupo, de compartir las canciones, de diseñar una imagen gráfica para la banda y todo lo que engloba. Me interesa mucho sacar adelante un proyecto así.
¿Dónde conociste a los otros miembros de Fals Crit?
Empecé con Helio, aunque ahora creo que ya no es de la banda, es el ex batería. Hace tres días nos reunimos y decidimos tomar caminos separados. Ha sido todo un viacrucis, la verdad. Empecé con él porque es colega mío desde hace años, pero actualmente no sé si quiere seguir siéndolo. No estamos en nuestro mejor momento, la verdad. Empezamos en esto juntos y después se sumó otro colega bajista que conocía yo del instituto y empezamos a componer.
¿Cómo defines vuestro tipo de música?
Se balancea entre el punk, el pop y el rock, dependiendo del tema. Alpha, por ejemplo, es muy, muy punk. Hay otros temas que son muy diferentes. Pero, sí, yo te diría que somos una banda de rock.
¿Te gusta experimentar con la música?
Sí. Creo que cualquier acto creativo deriva en la experimentación, es inevitable o al menos yo no conozco otra manera.
¿Hasta dónde te gustaría llegar con Fals Crit?
Me gustaría que pudiéramos tocar en muchos sitios. Primero aquí, en Barcelona, luego por España y después, ojalá, en algún otro país de Europa. Que nos vaya conociendo cada vez más público. Creo que una de las mejores cosas de formar parte de una banda es que te permite conocer a gente muy interesante, ya que acudes a salas, compartes escenarios y ahí se mueve gente muy creativa a la que mola conocer.
Tú siempre has estado tonteando con la música, desde antes de todo esto ¿verdad?
Sí. Como dices, siempre he estado tonteando con la música, pero hasta ahora no lo había formalizado, por así decirlo. Antes cogía una guitarra y jugaba con ella sin ningún objetivo en concreto, disfrutaba y ya está; ahora hay un foco, una dirección. Cojo ideas y las comento con Ferran, el bajista, para poder ver si sacamos un tema con lo que se nos ha ocurrido. El proceso era una de las cosas que más me apetecía de todo esto. Todo lo que hay detrás de un tema hasta que se lanza.
¿Y qué clase de ideas estás teniendo últimamente?
Muchos acordes y melodías que me van saliendo en esos ratos que paso solo en casa. Creo que la melodía es la clave de todo. Empieza a sonar en tu cabeza, la vas cantando y luego moldeando con la guitarra para tratar de darle cierta concordancia. La voz y la música deben ir de la mano y ahí es donde está el juego. Cuando me sale algo que pienso que tiene un poco de flow se lo comento a Ferran, que me ayuda. Él sabe mucho más de música, se ocupa de armar la estructura de la canción, que es una tarea de gran complejidad y en la que yo me siento algo perdido todavía.
¿Tienes algún referente musical?
No sé que decir. Hay grupos que me gustan, claro, pero tanto como para llamar referentes, no lo sé. Quizás inconscientemente sí que hay bandas que me han inspirado. Puedo llegar a notar su influencia cuando toco la guitarra. Las cosas que me gustan en la música, imagino que tiene una conexión inconsciente con los grupos que escucho. Si te soy sincero, en mi vida he sabido la letra de ninguna canción. Soy fatal para eso. Yo me quedo con las melodías.
¡Es imposible que no sepas ninguna canción!
Que no, tío. Algún estribillo suelto de alguna te puedo cantar, pero nunca me he sabido la letra entera de una canción.
¿Podrías decirme el mejor directo en el que has estado?
Recuerdo disfrutar muchísimo de la actuación de UltraMega en el Freedonia de Barcelona. Oriol Roca (el cantante) es icónico. ¡Me lo pasé superbien! Creo que ese ha sido uno de los concierto en sala que más me ha gustado. Ahora, si tuviera que pensar uno que hubiera visto en algún festival, diría el que dieron los BadBadNotGood en el Primavera Sound, pero no recuerdo en qué año exactamente.
Me da que si te pregunto tu cantante favorito, no me lo vas a saber decir.
Pues no, ese dato no lo tengo localizado (risas).
Spotify tienes, ¿no? Con la patata de móvil que llevas no pondría la mano en el fuego de que tuvieras cuenta en esa plataforma.
Pues sí tengo (risas). Mi artista más escuchado del año pasado fue Dean Blunt. También me salió Elvis Presley, no se porqué. Nunca escucho muchas canciones del mismo artista, pero creo que se queda la lista abierta sin que me de cuenta y continúan sonando canciones de un mismo cantante. Supongo que eso me debió de pasar con Elvis. Rara vez suelo escuchar discos enteros, prefiero ir picoteando de aquí y de allá. Por eso me encanta la lista Descubrimiento Semanal, porque me permite encontrar temas que me gustan y si quiero indagar más, puedo hacerlo. Pero no suelo hacerlo.
¿Te consideras una persona curiosa?
Sí. Me encuentro en un momento de mi vida en el que estoy redescubriendo esa artesanía que hay en el arte de actuar, algo sobre lo que nunca me había parado a pensar. Quizás porque a mí me vino todo rodado desde muy joven. Estoy empezando a entender el enorme potencial creativo que existe en ese oficio, y me apetece ser una de las cabeza pensantes detrás de un proyecto, no solo una herramienta ejecutora. Así creo que podré contemplar el proceso creativo desde un ángulo mucho más amplio.
¿Te interesa producir?
En la mayoría de ocasiones, el productor se encarga de reunir a las personas artísticamente adecuadas para coexistir en un proyecto. Eso no me interesa tanto. A mí me gusta la creación y su desarrollo.
Tú que llevas tanto tiempo actuando, ¿sigues sintiendo ilusión cuando te llega un nuevo papel?
Cada vez más. He entendido, por fin, que un actor también es un artista que tiene la oportunidad de personificar a otro ser humano. Antes, simplemente me trasladaba a las historias de mis personajes. Ahora intento no hacerlo. Por fin estoy logrando alejarme de mí para transportarme a las vidas de aquellos a los que interpreto.
Últimamente, has estado interpretando personajes muy diferentes a ti, ¿no crees?
¿A cuáles te refieres?
Me viene a la cabeza el de Vivir sin permiso.
Esa fue la primera vez que pensé que tenía la oportunidad de interpretar a alguien que no tenía nada que ver conmigo. Dije, venga, me la juego y voy a probar a hacer algo diferente.
Y, ¿ahora?
Mira, el otro día me pregunté si me gustaría interpretar al Pequeño Nicolás (risas).
¡No me jodas! (risas).
Su historia me parece muy interesante. Lo que hizo y las situaciones en las que se involucró me llaman mucho la atención. No sé si él como persona es interesante. Quizás debería conocerle en persona para comprobarlo. Es raro, un individuo extraño. En su historia se juntan varios elementos que pueden ser llamativos para contarlos en una película. A mí, cualquier papel interesante me llama la atención, es así de sencillo. Un psicópata, un chapero, un médico de familia, un pijo o incluso un facha absoluto, me da igual si la historia es interesante.
Acabamos de terminar la temporada de premios con la gala de los Oscar y quería aprovechar para preguntarte por las películas que te han llamado últimamente la atención.
El otro día vi una película francesa que se llama Rodeo, cuyo personaje protagonista me gustó mucho. Se trata de una chica marginada que está intentando encajar en su entorno con muy poco éxito. Ella termina viviendo en el taller de un mecánico y se mezcla con un grupo de hombres a los que se termina metiendo en el bolsillo. Me gustó el contraste entre la ternura de la protagonista y su entorno tan hostil y plasmado con tanto sentido estético. Me encantaría interpretar a un personaje así. Ayer vi otra, El silencio del agua, que cuenta la historia del típico inspector de policía que investiga un caso. Me gustaría darle la vuelta a ese tipo de personajes, ese tipo de protagonista hueso que sirve como canal para que se desarrolle la historia, una historia que gira en torno al caso, pero no sobre sí mismo. Él simplemente es un instrumento narrativo. Encarnar a un personaje de ese estilo, añadiendo alguna particularidad física y una evolución a lo largo de la trama. Eso me gustaría mucho.
Me viene a la cabeza un personaje como el policía de Decision to Leave, de Park Chan-wook.
No la he visto, pero le tengo muchísimas ganas. ¡Y es que hay tantos papeles que me gustaría hacer! De padre responsable tampoco lo he hecho nunca y me fliparía. Un padre joven, supervinculado a sus hijos. La paternidad creo que es un tema que se debería tratar más.
Verte hacer de padre de familia sería muy interesante, la verdad.
Por cierto, me gustaría poder hablar de una pequeña película que rodé en 2022 que se llama Los bárbaros, junto a Greta Fernández y dirigida por Javier Barbero y Martín Guerra. Es una película muy pequeñita, pero que nos gustaría que pudiera llegar al público. También participa en ella Eliza Rycembel, que protagonizó la cinta nominada al Oscar Corpus Christi. Martín y Javier son dos genios, los putos amos, unos tíos muy guays. Dos artistas como la copa de un pino.
¿Qué te interesó del proyecto para unirte a Los bárbaros?
Me encantó el guión. Es uno de los mejores que he leído. Es de esos proyectos que te hacen sentir muy afortunado de participar porque no son frecuentes. ¡Me alegro tanto de haber podido hacer esa peli! Creo que expone un lenguaje cinematográfico que no se explora mucho en España. La visión de estos dos directores y sus referentes me hizo aceptar sin dudar.
¿La rodaste después de terminar la primera temporada de La Ruta?
Sí. Después del verano rodaremos la segunda temporada, que se ambienta en Ibiza.
Seguro que te mueres de ganas de volver a reencontrarte con el equipo de la serie.
¡Tú lo has dicho! ¡Me muero de ganas!