Desde que se decidiese a emprender su firma de moda en la cuarentena, Sandra Peñaranda no ha dejado de poner toda su energía en su proyecto personal, Alejandre, apostando por una visión renovada de la sensualidad y la feminidad. Protagonista del reportaje de jóvenes diseñadores que presentamos en ACERO vol. 1 junto a otros colegas de profesión (y amigos) como Aarón Moreno, alma máter de Emeerree, la joven diseñadora se ha convertido en apenas 2 años en una de las máximas representantes de la moda más joven que se hace en España. Una propuesta coherente, adaptada a los nuevos tiempos y efectiva sobre la pasarela, tal y como se demostró en su debut en Allianz EGO de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid. Hoy nos presenta en primicia su última campaña, fotografiada por el maravilloso Aitor Laspiur.
Dos años le han valido a Alejandre para consolidarse como uno de los rostros imprescindibles en la moda española. Como ya hicieran Mané Mané, María Ke Fisherman o Palomo Spain en su momento, Alejandre es indiscutiblemente una de las grandes embajadoras de la nueva generación de talentos dispuestos a poner en entredicho las bases sobre las que se sustenta el sector en nuestro país. Una tarea nada fácil para cuya consecución el apoyo de los suyos, así como el respaldo entre jóvenes diseñadores y creativos, es fundamental. Hablamos con Peñaranda para conocer cómo y cuándo se lanzó a crear su marca, cuál es su percepción de la moda que actualmente se hace aquí y conocer todos los detalles de su nueva campaña.
Sandra, la última vez que coincidimos fue con motivo del reportaje de jóvenes diseñadores incluido en ACERO vol.1. Un proyecto con el que pretendíamos dar voz a las nuevas generaciones de creativos que están revolucionando la moda Antes que nada, me gustaría saber cómo te sentiste. ¿Es importante que se ponga el foco en los jóvenes creativos?
Es fundamental, somos el futuro y tenemos muchas ganas de trabajar, de crear cosas nuevas y de dar nuestra visión sin tapujos. Además, nos es de gran ayuda para darnos a conocer y llegar al mayor número de personas, aunque estemos empezando, ya sea profesionales o posibles clientes. El que te den voz es muy importante, sobre todo al principio, porque es cuando se empiezan a forjar todas las ideas y se crea la identidad.
No hay duda de que tu marca, Alejandre, es uno de los proyectos más prometedores a día de hoy. Así lo confirma tu participación en la última edición de Allianz EGO, o las múltiples apariciones de tus piezas en editoriales de moda. ¿Cómo lo vives tú? ¿Eres consciente del impacto que tu firma está teniendo en la escena madrileña?
Sinceramente, es una montaña rusa de sensaciones. Se podría decir que hay veces que soy más consciente que otras. Cuando me meto de lleno en el proceso creativo de algún proyecto tiendo a desconectar de lo que está pasando, pero cuando salgo de ese estado de aislamiento creativo y vuelvo, veo la cantidad de gente que está interesada en utilizar Alejandre para sus proyectos y editoriales, lo que me hace ser consciente de ese impacto. Estoy muy agradecida.
Pero antes de adentrarnos en tu última colección, remontémonos al principio del todo. Concretamente, a la Sandra de 8 o 10 años. ¿Ya soñabas por aquel entonces con dedicarte a la moda? ¿Qué era lo que más te atraía de este mundo?
Totalmente, a los 15 años fue más o menos cuando empecé a pensar de verdad a qué quería dedicarme para elegir un camino u otro en bachillerato. La moda era con lo que más me identificaba. Además, el apoyo y el ánimo de mi círculo más cercano fue fundamental. Al principio lo que más me atraía era el estilismo, el combinar la ropa y crear diferentes moods y personajes.Pero cuando llegó la hora de empezar a ver centros o universidades, enseguida decidí que prefería hacer la carrera de moda ya que abarcaba muchas cosas; quería ver cuáles eran mis aptitudes y en qué era realmente buena. Básicamente, descubrirme a mí y a mis gustos para centrarme en ello.
Estudiaste en la escuela de moda IADE, ¿no es así? ¿Cómo definirías la experiencia? ¿Es imprescindible la formación reglada para todo diseñador de moda? ¿O es posible aprender de forma completamente autodidacta?
Justo, la experiencia fue muy buena y me sirvió para reafirmarme en que la moda era lo mío y que había escogido el camino correcto. Me encantaba sobre todo el patronaje y la confección, el proceso de partir de un papel y que después surja una prenda me fascina. En cuanto al aprendizaje, creo que es una mezcla de ambas. El tener una formación te ayuda a construir una base que luego te sirve para que, de manera autodidacta, llegues al resultado final. Muchas veces se descubre algo nuevo o se aprende algo producto de un error anterior, ¿qué puede ser más autodidacta que eso?
Una vez acabada la carrera, entras a hacer prácticas con Miguel Becer en Mané Mané. Una de las firmas que, junto a Maria Ke Fisherman o Pepa Salazar, entre otras muchas, protagonizaron un momento especialmente estimulante. Me interesa mucho tu paso por el taller. ¿Qué aprendiste y qué fue lo que más te llamó la atención?
Sobre todo me sirvió para desenvolverme por completo en el patronaje y en la confección, ya que allí realicé muchos tipos de prendas cuyo acabado tenía que ser el mejor, ya que eran para pasarela o pedidos de clientes. Lo que más me llamó la atención fue la capacidad de Miguel de hacer con poco mucho, ya fuese un tejido o un estilismo; y su visión para mezclar cosas y modernizarlas, convirtiendo lo antiguo en nuevo.
A medida que descubrías los entresijos de la firma, ¿te daban más ganas de emprender tu propio proyecto? ¿O llegaste a perder la ilusión aunque fuese por un instante?
Reconozco que hubo momentos donde no me visualizaba siendo diseñadora. Me di cuenta de que tener una marca es algo serio y que al principio hay muchas cosas que dependen de ti, y eso te lleva a momentos de mucho estrés y ansiedad. A veces se sufre mucho para que las cosas salgan bien. Sin embargo, el ver que sí tienes gente a tu lado que te apoya y que confía en tu proyecto tanto como tú, y que está dispuesta a trabajar contigo y apostar por él, te alienta a intentarlo.
¿Cuándo comienza a fraguarse Alejandre Studio? ¿Recuerdas el día en el que te decidiste a dar el primer paso?
Aunque el proyecto era algo que me llevaba rondando la cabeza unos años, Alejandre comienza realmente en la cuarentena. Justo el día antes de declarar el estado de alarma fui a comprar tejidos, aunque sin mucha pretensión aún. Cuando ya comenzó la cuarentena, al verme con tanto tiempo libre, decidí crearme una rutina y comencé a patronar todas aquellas ideas que había ido dibujando meses atrás, hasta dar con la identidad de Alejandre.
No he podido evitar remontarme a tu primera publicación de Instagram, compartida en diciembre de 2020. Tu marca nació cuando la pandemia ya era una realidad instaurada. E imagino que esto ha conllevado ciertos inconvenientes, por ejemplo, a la hora de organizar una presentación física de la misma, ¿no? ¿Cómo fue el recibimiento inicial de tu firma por parte del público? ¿Te sorprendió gratamente?
Realmente tenía claro que la forma de presentarla seria a través de redes sociales, al ser la primera quería tener un feedback rápido antes de atreverme a realizar una presentación física. El recibimiento me sorprendió gratamente, fue increíble. La propuesta que hice con la primera colección enseguida caló, se entendió muy bien la idea y la identidad de la marca y despertó el interés de bastantes personas que conocía del sector. Además, también hubo un gran apoyo y difusión de gente cercana que vivió en algún momento el proceso conmigo.
Nathy Peluso, Bad Gyal, Dua Lipa… Son muchas las artistas que han confiado en ti a la hora de vestirse pero, ¿consideras que ha habido un punto de inflexión concreto? ¿Un hecho que haya marcado un antes y un después en la forma en la que se percibe tu proyecto?
El hecho de vestir a artistas te da en algunas ocasiones mucha difusión y es cierto que hace que la marca se perciba de manera más internacional. Pero creo que desfilar en el EGO de Mercedes-Benz Fashion Week Madrid ha sido el punto de inflexión para Alejandre. Cambia mucho ver las prendas en una foto a verlas en directo y en movimiento, así como tener la oportunidad de crear una atmósfera que lo envuelva todo.
Como ya adelantabas, debutaste sobre las pasarelas en la última edición de Allianz EGO, dónde también presentaron sus colecciones compañeros como Reparto Studio, Juan VG o Georgiela Studio. Sin embargo, me consta que tienes una relación especial con Aarón Moreno, alma máter de Emeerree. ¿Cómo os conocisteis?
Nos conocimos precisamente en Mané Mané. Yo llevaba un año y el entró junto con otra amiga, Ani Merino, a hacer las prácticas. Desde entonces somos inseparables, nos queremos y admiramos y, sobre todo, nos damos mucho apoyo el uno al otro. Además, nos entendemos a la perfección porque vivimos la misma realidad en muchos sentidos.
¿Es verdad que los jóvenes diseñadores os apoyáis más entre vosotros que los talentos consagrados? ¿Hemos entendido que para sobrevivir en un mundo tan hostil es necesario sumar fuerzas entre todos los agentes implicados?
Sumar fuerzas siempre es un acierto, es como mejor y más fácil salen las cosas. Te permite disfrutar más de tu trabajo y delegar es una necesidad, es imposible hacerlo todo solo. Cuando estás constantemente pensando o trabajando en algo, muchas veces una opinión externa nunca viene mal y te ofrece una visión de tu trabajo desde otra perspectiva que te puede ayudar a mejorarlo; y más si viene desde tu círculo más cercano.
Cuéntanos, ¿cómo recuerdas tu debut en Mercedes-Benz Fashion Week Madrid? ¿Te ha dado tiempo a asimilarlo? ¿Cómo está siendo el recorrido de la colección una vez presentada sobre la pasarela?
Después de unos meses sí que lo tengo más asimilado. Ha sido una experiencia increíble tanto personal como profesional y se lo recomiendo a todos los jóvenes diseñadores. No solo te sirve para tener un mayor alcance, sino que te permite ver tu trabajo de una manera más profesional y realista, creando tu propia atmósfera en la pasarela. La acogida ha sido increíble, la gente nos ha dado un feedback muy bueno, tanto personas del sector como no. El agradecimiento es infinito.
Natalia Lacunza luce una de las prendas incluidas en Beauty body. Y lo hace precisamente en una de las portadas del segundo número de ACERO, el cual vio la luz hace tan solo unas semanas. ¿Qué impacto tiene que un artista tan conocido lleve una de tus piezas? ¿Repercute realmente en ventas?
Muchas veces tiene ese efecto, pero no siempre. A veces se traduce en seguidores simplemente, otras veces en ventas; también depende del artista y sobre todo de si las prendas están acreditadas. Para las marcas, al igual que para cualquier artista creo, es fundamental la acreditación. Es lo que más nos ayuda a darnos visibilidad cuando estamos empezando, para que se nos identifique rápidamente.
Ahora nos presentas la campaña de la colección, fotografiada por Aitor Laspiur. ¿Qué habéis querido reflejar a través de estas imágenes?
En esta primera campaña hemos querido apostar por algo fresco a la vez que descargado y minimalista, para que las prendas tuvieran voz propia. Por un lado, queríamos dar protagonismo al color rosa, ya que era una de las apuestas de color en esta colección; utilizamos un tapiz rosa para el fondo. Por otro lado, queríamos que el tratamiento fuera distinto a todo lo que estamos acostumbrados a ver y jugamos con el momento retrato pictórico, pero aportándole una visión totalmente actualizada y moderna.
Y ya por último, ¿qué nos puedes adelantar de tus planes a futuro? ¿Hacia dónde se dirige Alejandre?
Por el momento, estamos siguiendo los pasos que hicimos con la colección anterior, pero con más experiencia. Nuestra prioridad es ponernos con la venta de la colección nueva, lanzar las campañas que tenemos preparadas y hacer todo tipo de proyectos que se nos presenten, y que nos ayuden a seguir creciendo como marca. Y por supuesto, ponernos con la siguiente colección en cuanto podamos.