¿Se puede hacer un arte que no diga nada? Es difícil de resolver, pero, al menos, Adrián Castañeda está seguro de que no. Este artista oriundo de Salamanca, aunque bilbaíno en la actualidad, no puede desligar sus obras de la realidad. Su práctica artística está estrechamente unida a la política actual y, de hecho, su última exposición, Contenido, o lo que está dentro de otra cosa, se centró en exponer la figura del ‘polizón’ (inmigrantes que se esconden en vehículos para cruzar fronteras) y la realidad que viven.
Un tobogán envuelto en alambres y el crudo maletero de un coche hecho con hormigón son solo algunos de los protagonistas de esta singular exposición. Pero, si lo que acabamos de contarte aún no ha captado tu curiosidad, es posible que las palabras de este artista sí que lo consigan. Y es que nosotros no hemos podido resistirnos a conocer más a fondo cómo Castañeda concibe su arte.

Hola, Adrián. Es un placer poder hablar contigo. ¿Quieres presentarte a quien aún no te conoce?
Lo mismo digo, gracias por vuestro interés. Soy Adrián Castañeda, artista plástico y visual. Vivo en Bilbao, aunque soy originario de Salamanca. Estudié Bellas Artes en la facultad de Salamanca y posteriormente cursé un máster en Producción Artística en Valencia.
Llevo unos ocho años residiendo en Bilbao, ciudad con la que conecté muy bien gracias a la Fundación BilbaoArte. Debo reconocer que es una ciudad con un tejido cultural muy sólido. A pesar de ser pequeña, todo el tiempo pasan cosas, hay bastante movimiento, especialmente a nivel artístico, lo que la convierte en un lugar realmente interesante para mi trabajo.
Llevo unos ocho años residiendo en Bilbao, ciudad con la que conecté muy bien gracias a la Fundación BilbaoArte. Debo reconocer que es una ciudad con un tejido cultural muy sólido. A pesar de ser pequeña, todo el tiempo pasan cosas, hay bastante movimiento, especialmente a nivel artístico, lo que la convierte en un lugar realmente interesante para mi trabajo.
Siento que muchas de tus obras tienen un elemento político evidente. ¿Es algo intrínseco en tu práctica artística?
Estoy convencido de que todo gesto artístico es, de algún modo, un gesto político. En mi caso, trabajar con lo político desde el arte siempre ha sido una premisa fundamental. Me interesa jugar con lo simbólico para desarrollar mensajes que nos conecten con contenidos más complejos, más allá de lo estrictamente estético.
“El arte siempre ha sido un mecanismo de confrontación con el presente, no solo de revisión del pasado o de proyección hacia el futuro.”
¿Consideras que el arte es un buen vehículo para presentar debates sociales?
Por supuesto. Las artes plásticas y visuales son herramientas potentes para reflexionar sobre las distintas problemáticas sociales de nuestra época. Además, como artistas contemporáneos no podemos desligarnos de la realidad. El arte siempre ha sido un mecanismo de confrontación con el presente, no solo de revisión del pasado o de proyección hacia el futuro.
En tu exposición más reciente, Contenido, o lo que está dentro de otra cosa, te centras en la figura del inmigrante oculto o polizón. ¿De dónde nació la idea?
Desde hace años trabajo sobre los mecanismos con los que Europa gestiona los flujos migratorios. Siendo consciente de mi posición de privilegio (como hombre blanco y europeo), me interesa visibilizar cómo la Unión Europea y sus Estados miembros, entre ellos España, gestionan sus fronteras.
La figura del polizón me resultaba especialmente potente: personas obligadas a ocultarse en espacios mínimos dentro de vehículos para cruzar una frontera de forma desesperada. Eso no ocurre por casualidad, lo provocamos nosotros. Son las políticas europeas las que fuerzan a esos cuerpos a contorsionarse, a desaparecer, a reducirse al mínimo.
La figura del polizón me resultaba especialmente potente: personas obligadas a ocultarse en espacios mínimos dentro de vehículos para cruzar una frontera de forma desesperada. Eso no ocurre por casualidad, lo provocamos nosotros. Son las políticas europeas las que fuerzan a esos cuerpos a contorsionarse, a desaparecer, a reducirse al mínimo.

"Mantén la calma" 2025.
De cara a la exposición, ¿cómo investigaste la experiencia real de estos polizones?
Existe una amplia documentación, tanto de los cuerpos de seguridad como de los propios migrantes que han compartido sus vivencias. Me he nutrido de relatos, hallazgos, registros en prensa, informes, noticias y también de testimonios orales. Todo ese rastro material y simbólico de esas experiencias ha sido esencial en el proceso de trabajo.
Algunas de las obras representan espacios usados por polizones reales, ¿cómo lograste reconstruirlos en forma de esculturas?
Pues, durante un tiempo, me dediqué a buscar esas piezas, espacios o habitáculos físicamente en desguaces y talleres. Después, lo que traté de hacer fue adecuarlos como recipiente para rellenarlos con materiales clásicos en la escultura, históricamente utilizados para el relleno de moldes, como la cera, la escayola o el hormigón. Se trataba de positivar estos espacios reducidos con materiales básicos, para que el peso simbólico del trabajo decaiga en la forma, el peso y el objeto.
“Siempre habrá personas que prefieran propuestas más ligeras o centradas en lo estético. Pero para mí, lo importante es el compromiso con el discurso.”
Has usado materiales como el hormigón, que da una sensación muy física e incómoda. ¿Es una forma de acercar la experiencia de esos inmigrantes al espectador?
El hormigón es un material crudo, frío y solemne. Está asociado tanto a la arquitectura como a la escultura, y, en escultura, posee connotaciones funerarias, monumentales y públicas. En la obra del depósito de combustible, por ejemplo, utilicé hormigón para replicar esa pieza, que va suspendida a unos treinta y cinco centímetros del suelo (la altura real en el vehículo) mediante ratchets amarillos. Son cientro treinta kilos suspendidos en el aire, un volumen pesado que parece levitar. Esa tensión visual funciona muy bien y provoca una reacción en el espectador.
Una de las obras que más me llamó la atención fue Welcome (2021). ¿Por qué transformaste un tobogán en algo tan agresivo?
Welcome fue el inicio de esta deriva de trabajo en la que cuestiono los mecanismos de acogida europeos. El tobogán remite a la infancia, a lo inocente y lo inocuo, mientras que la concertina se utiliza para impedir el paso: en cárceles, aeropuertos, puertos o fronteras.
Al utilizar el alambre de concertina como elemento que completa el tobogán estoy cuestionando esos mecanismos, esos espacios en los que acaban jóvenes inocentes que lo único que han hecho ha sido cruzar una frontera. La pieza plantea una crítica directa: esos espacios son centros de detención. Lugares que no son lo que parecen.
Al utilizar el alambre de concertina como elemento que completa el tobogán estoy cuestionando esos mecanismos, esos espacios en los que acaban jóvenes inocentes que lo único que han hecho ha sido cruzar una frontera. La pieza plantea una crítica directa: esos espacios son centros de detención. Lugares que no son lo que parecen.

Bienvenidos. 2022.
¿Sientes que tener una obra tan marcadamente política puede alienar a un público que busque algo más ‘simple’?
No lo siento así. Siempre habrá personas que prefieran propuestas más ligeras o centradas en lo estético. Pero para mí, lo importante es el compromiso con el discurso. El arte es un vehículo para plantear preguntas, para sembrar dudas y reflexionar. Busco que el espectador se conecte conmigo y, desde ahí, con algo más profundo que trascienda a mi trabajo.
¿Cómo manejas el equilibrio entre la crítica y la sensibilidad del espectador? ¿Te preocupas por cómo se podría interpretar tu obra?
Es un equilibrio delicado, sí, pero la crítica es fundamental en mi trabajo. No me interesa hacer arte que no cuestione. Y si bien soy consciente de que existen múltiples sensibilidades, creo que precisamente esas sensibilidades deben estar abiertas a las problemáticas que abordo.
Cuando termino una obra y la muestro, es un poco menos mía, y ya no sirve de mucho que me preocupe por cómo se lea. Ahí es cuando se activa otra etapa: la del espectador y su interpretación.
Cuando termino una obra y la muestro, es un poco menos mía, y ya no sirve de mucho que me preocupe por cómo se lea. Ahí es cuando se activa otra etapa: la del espectador y su interpretación.
“Todo gesto artístico, incluso el más aparentemente neutro, conlleva una posición. El solo hecho de hacer arte ya es un acto político.”
¿Cómo ves el futuro del arte ‘activista’ o comprometido? ¿Crees que hay un espacio para él en museos y galerías, o se está moviendo hacia otro tipo de espacios alternativos?
Creo que el arte comprometido siempre va a existir porque nace de las personas y de sus contextos. Irá evolucionando junto a las sociedades. Los museos y galerías, sin duda, seguirán albergando este tipo de propuestas, y nunca pararán de surgir espacios alternativos.
Soy consciente de que hay una parte del arte más asociada al mercado, que da especial relevancia a la experiencia plástica, visual y estética. Yo no lo rechazo, es más, valoro cuando funciona al servicio del discurso, porque es la primera vía de conexión con el espectador. La forma también comunica, y es un puente hacia el contenido.
Soy consciente de que hay una parte del arte más asociada al mercado, que da especial relevancia a la experiencia plástica, visual y estética. Yo no lo rechazo, es más, valoro cuando funciona al servicio del discurso, porque es la primera vía de conexión con el espectador. La forma también comunica, y es un puente hacia el contenido.
¿Crees que puede haber obras de arte sin ningún tipo de mensaje? ¿Algo completamente inocuo?
Puede parecer que sí, pero en realidad no lo creo. Como comenté al inicio, creo que todo gesto artístico, incluso el más aparentemente neutro, conlleva una posición. El solo hecho de hacer arte ya es un acto político. Proponer arte ‘inocuo’ es, en sí mismo, una postura ideológica.

Fin de fiesta, 2021.

Fin de fiesta, 2021.

Sin título, (rueda de camión). 2024. De la serie Contenido o lo que está dentro de otra cosa.

Sin título, (depósito). 2022. De la serie Contenido o lo que está dentro de otra cosa.

Sin título, 2024.

Sin título, (asientos traseros). 2024. De la serie Contenido o lo que está dentro de otra cosa.

Sin título, (rueda de camión). 2024. De la serie Contenido o lo que está dentro de otra cosa.

Bienvenidos. 2022.

Sin título, 2024.