En un momento de la entrevista con el actor Carlos González, que publicamos en este número con motivo del próximo estreno de Mariliendre, la nueva serie producida por los Javis, nuestro colaborador Jesús Nebreda le pregunta si se puede ser mainstream y a la vez deambular por las periferias. “No es que se pueda, es que se debe”, contesta él. Me parece un buen punto de partida para ponerme a escribir la última editorial del año, no tanto por poner la lupa en lo mainstream sino en las periferias, en los márgenes, y en aquellos que los habitan por decisión propia o impuesta, que no es lo mismo.
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Alguien que sabe mucho de eso es Yung Beef, que ha cimentado su carrera sobre un discurso que se mantiene inalterable desde sus inicios: frente a la industria musical y sus tejemanejes, independencia. Una independencia que defiende también desde La Vendición, su búnker particular donde da cobijo a otros artistas que como él piensan que la música debería ser ante todo creación y no solo negocio. Es decir, primero el arte y luego la pasta. “Es muy duro La Vendición”, le confiesa a Alexia G. Ferrer. Desde luego no debe ser nada fácil, pero es que trabajar desde la independencia nunca lo es. Aquí una que lo dice con conocimiento de causa. ¿Masocas? Naah, lo que pasa es que si sopesas aquello que te da el ser independiente y aquello que te quita, lo tienes clarísimo. Otra cosa sería ver si esa supuesta independencia es cien por cien real, pero ese es otro debate en el que ahora no vamos a entrar.
Sí me interesa pararme un momento en lo que comentan Las Ninyas del Corro: “La centralización de la industria es a veces enfermiza”. Y lanzan un interrogante que aquellos que viven fuera de Madrid seguro que se han hecho más de una vez. ¿Por qué no se desarrolla de igual manera la industria musical que hay en Madrid en otras ciudades? Ese centralismo no se da solo en la música, sucede en otras muchas áreas, la moda o el mercado editorial sin ir más lejos, y ante eso solo te quedan dos opciones: o buscas la manera de hacer que funcione aquello que haces sin renunciar a vivir en tu ciudad o acabas mudándote. “To’s vais a Madrid como si en Madrid pasara algo”, dicen en Tridente dorado, tema que forma parte de su último álbum Bitches in Business. Y aunque ellas siguen viviendo en Barcelona y dicen sentirse muy bien acogidas en Madrid, apuntan una reflexión interesante: “Si todos venimos aquí (Madrid) y trabajamos con las mismas personas, todos estamos haciendo lo mismo y diciendo lo mismo”. Ahí lo dejo.
A lo largo de estas páginas se suceden esta y otras reflexiones que de una forma u otra tienen que ver con el tema que nos ocupa, desde Six Sex cuando se hace eco de las críticas que le llegan de personas indignadas por la forma de mostrar su cuerpo con poca ropa (“una puede elegir mostrarse como quiera, pero cómo te ve la otra persona termina diciendo más de ella que de vos: habla mucho de sus limitaciones, de lo que esa persona se permitiría o no hacer, de la forma que tienen ellos de vivir la vida más que de una opinión real sobre lo que yo hago”) a Samantha Hudson, que aparece aquí junto a María Barrier, su partner in crime en Bimboficadas, cuando asegura estar “muy agradecida de haber vivido en unos márgenes que me han instigado a tener un sentido crítico”. También tenemos en este número a Ca7riel y Paco Amoroso, cuyo vídeo del Tiny Desk lleva ya dieciséis millones de visitas en un mes, “hacemos los mismo solo que ahora nos ven más personas”, dicen ellos, María Escarmiento, Bon Calso, Nueve Desconocidos, C.R.O, la actriz Alba Planas, la diseñadora Tíscar Espadas y las artistas Lola Zoido y Ana Barriga. Con este Vol. 9 cerramos 2024, hace tres años ya desde que pusimos el primero en la calle, que se dice pronto. Se nos ha pasado volando, la verdad. Como siempre, gracias a todos los que han participado en este número y a vosotros por seguir ahí.