Madrid, focos verdes, un espejo que distorsiona el tiempo y un DJ tras los barrotes. No es el inicio de una película de ciencia ficción, sino la presentación de Fugitivo Tour de Rico Rosa. Una vez más, el Cupra City Garage de Madrid nos abre sus puertas para rodearnos de buen gusto en nuestro último ACERO Club.
Nada más descender las escaleras mecánicas, una pantalla de gran formato reflejaba las siluetas de los asistentes en blanco y negro, como una cámara de vigilancia atrapando el momento en loop. Un golpe de efecto que nos preparaba para lo que estaba por venir: todo un espectáculo audiovisual diseñado al detalle. En el centro de la escena, la mesa de mezclas de Rico, rodeada de cámaras de seguridad, que capturaban cada ángulo: el DJ en acción, el público bailando, el movimiento que hay por la sala. Todo emitido en directo en una segunda pantalla que hacía sentir a los presentes parte del show. Y por si la metáfora no era lo suficientemente potente, los barrotes estratégicamente colocados reforzaban la idea de un set desde la cárcel, el refugio del fugitivo.
El ambiente era relajado, con un equilibrio perfecto entre el misterio de la escenografía y la cercanía de los invitados, que se movían entre conversaciones relajadas, cócteles de Jägermeister bien servidos y unos looks chulísimos. La noche traía sorpresas: fotos analógicas de regalo, caras conocidas como Israel B, Santa Salut o L0rna camufladas entre la multitud y una vibra que iba subiendo de intensidad a medida que avanzaba la noche.
El despegue definitivo llegó con la sesión de Rico: visuales que atrapaban la mirada, bajos que retumbaban en el pecho y un setlist impecable, que tomó forma en directo con una combinación de temas propios y bangers de artistas como Hoke, Yung Beef o Cruz Cafuné, entre otros. Pero el punto álgido llegó cuando L0rna subió a cantar Fugitivo vol. 27, desatando el clímax de la noche con todo el público rodeando la mesa de mezclas. Lo mismo ocurrió cuando Ill Pekeño se quedó con toda la sala rapeando al ritmo del Vol. 11.
Lo que pudimos ver en el Cupra City Garage no es más que un adelanto del Fugitivo Tour, o lo que es igual: una inmersión total en el universo de Rico Rosa, con una energía increíble desde el primer beat. Y una cosa está clara: si algo no faltó, fue la buena música. En noches como esta, nadie quiere escapar.




































