Con raíces españolas y francesas, pasando una temporada en Montreal, el artista barcelonés Abadie busca abrir su propio camino dentro de la música con la influencia de todos los lugares en los que ha estado. En sus primeros años experimentó con un sonido mucho más lo-fi, y ahora busca presentar su primer disco, donde habla de sentimientos y de cómo romper con los estereotipos que rondan a la figura masculina.
Con un primer single que nos trasmite la tristeza de dejar algo atrás, pity es la primera muestra de todo lo que vendrá en su primer álbum, Boys do Cry, y ante esta propuesta tan interesante (y necesaria) hemos querido charlar un ratito con él para conocerlo más de cerca y que nos hable de su música, su próximo álbum y sobre cómo gestionar las emociones.
¿Quién está detrás de Abadie?
Soy un chico franco-español que vive en Barcelona, y al que en su tiempo libre le gusta producir música y trabajar en proyectos creativos que le surgen a su alrededor. Abadie realmente es mi apellido y como me solían llamar en el recreo. Empecé en la música muy joven en París. Allí es donde crecí y desarrollé mi amor al arte a través del conservatorio, del baile y del teatro. Fue de adolescente cuando empecé a producir mis primeras bases desde mi habitación para subirlas a SoundCloud. Diez años y algunos temas más tarde, aquí me encuentro, con ganas de concretizar este sueño y sacar adelante proyectos más ambiciosos.
Has estado en lugares como París y Montreal, ¿hasta qué punto te ha marcado su cultura?
París realmente es mi base cultural, fue donde crecí. La mayoría de mis referencias y cultura pop están arraigadas a la cultura francesa a través del cine, la música y, lo más importante, el idioma. En cambio, en Montreal es donde creé mi identidad fuera de los esquemas tradicionales europeos y me abrí a la cultura norteamericana. Allí el escenario musical es mucho más indie, creando un sentimiento de comunidad enorme entre artistas emergentes. Desde luego, son valores que llevaré conmigo toda mi vida.
¿Y en tu música?
Desde luego Montreal, al haber sido la cuna de mis primeras canciones ha tenido un impacto mucho más directo que París en mi sonido. La vibe más indie, relajada y bedroom pop, seguramente, haya sido el fruto del entorno en el que estaba. En Barcelona también me siento muy inspirado. Es refrescante ver cómo aquí el pop urbano puede llegar a ser tan mainstream a diferencia de Francia y Canadá, donde prevalecen mucho más el rap y el hip-hop. Aquí siento que mi música tiene mucha más cabida.
¿Quiénes han sido tus principales referentes?
No sé si tengo referentes claros por así decir, más bien tengo muchas influencias que han colaborado a mi sonido. La playlist de mi primer mp3, por ejemplo, era un mix de artistas electrónicos franceses, artistas urbanos estadounidenses y grupos pop-rock más alternativos (Daft Punk, C2C, Kanye West, Mac Miller, Alt-J o Glass Animals). Estos grupos realmente han sido los que han desarrollado mi amor por la música y despertado mi voluntad de producir temas.
Hoy en día,mis gustos siguen igual de variados, pero si tuviera que hablar más del panorama musical actual seguramente tendría que mencionar a artistas como Still Woozy, Jaden o Kaytranada. Y en España, artistas como pablopablo, Ralphie Choo, Oddliquor y Sen Senra, que sin duda son los que más he escuchado este último año.
Hoy en día,mis gustos siguen igual de variados, pero si tuviera que hablar más del panorama musical actual seguramente tendría que mencionar a artistas como Still Woozy, Jaden o Kaytranada. Y en España, artistas como pablopablo, Ralphie Choo, Oddliquor y Sen Senra, que sin duda son los que más he escuchado este último año.
Tu primer EP, Omen, fue publicado en 2019 y gestionado por ti, tanto a nivel producción como composición. Tres temas totalmente del estilo lo-fi. ¿Qué supone para ti haber comenzado tan solo creando bases musicales?
En pocas palabras, darme el tiempo a experimentar. Realmente en esta época ya tenía temas grabados pero nada de lo que estuviera orgulloso. Mis producciones ya empezaban a sonar mejor y valía la pena sacar a la luz años de trabajo y experiencia acumulada. Este EP me ha servido casi de vitrina para decirle a la gente: mira, hago música, y poder rodearme de personas con los mismos intereses. Tenía claro que la próxima etapa era sacar temas con mi voz pero quedaban muchas cosas por definir todavía.
A partir de ahí salieron temas como Summer Night o Alright en 2020 y en los que mantienes ese toque más chill pero que cuentan ya con letra. ¿Cómo era el Abadie de hace cuatro años?
Estas canciones representan bastante el yo de estos años, la verdad. Un tanto idealista, ingenuo y romántico. Más tarde ya me toparía con la realidad de una vida adulta, aunque por naturaleza diría que soy una persona bastante despreocupada y confiada de que todo me saldrá bien, como si la vida me tuviera algo guardado. A nivel artístico siento que todavía me estaba buscando. Ya tenía claro la energía que quería transmitir con mi arte pero faltaba definir la imagen que la acompañaría. A medida que he ido conociéndome más a mí mismo, la estética se ha ido desarrollando hasta la propuesta que se puede ver hoy.
Tu último single, pity, acaba de estrenarse, pero antes de su publicación ya estabas trabajando bajo la estética de este tema que trasmite cierta calma, ¿qué hay detrás de todos eso tonos beiges y blancos?
Al final quiero pensar que mi música es bastante pura y sincera. Hablo mucho en primera persona y soy bastante directo en el mensaje o la emoción que quiero proyectar. Para mí, la mejor forma de transmitir este universo es con una estética depurada y minimalista, que, ya sea música, diseño, o incluso en la vida diaria, requiere más técnica y profundidad de la que se puede percibir a primera vista. Para mí, simplificar siempre ha sido más interesante que elaborar o adornar. Si te fijas, en este caso los tonos claros y el espacio no solo permiten al sujeto respirar sino que también sirven para darle protagonismo a otros elementos muy concretos, llenos de simbolismo.
pity es un viaje para los oyentes que va desde fusión de tres idiomas como son el francés, el castellano y el inglés hasta la mezcla de sonidos electrónicos pero con matices más lo-fi. ¿Cómo has conseguido fusionar todo?
La mezcla de idiomas surgió de manera bastante natural. Cada uno de ellos representa una parte de mí, una personalidad, casi una forma de ser. Me comunico en los tres idiomas con la misma frecuencia, así que, ¿por qué no reflejar eso en mi música? Además, considero un lujo poder rimar palabras en diferentes idiomas. Esto me abre un abanico de combinaciones que no podría lograr con solo uno.
En cuanto a los matices musicales, no es que tenga una voluntad concreta de mezclar géneros, simplemente me dejo llevar por lo que suena bien a mi oído de manera intuitiva. Sin duda, de manera subconsciente, voy entrelazando estilos diferentes que van reflejando mis referentes musicales, ya sean electrónicos, latinos, pop o urbanos. Eso sí, parto de una base lo-fi que se podría decir que caracteriza mi estilo y me permite encontrar un punto de partida con el que me siento cómodo.
En cuanto a los matices musicales, no es que tenga una voluntad concreta de mezclar géneros, simplemente me dejo llevar por lo que suena bien a mi oído de manera intuitiva. Sin duda, de manera subconsciente, voy entrelazando estilos diferentes que van reflejando mis referentes musicales, ya sean electrónicos, latinos, pop o urbanos. Eso sí, parto de una base lo-fi que se podría decir que caracteriza mi estilo y me permite encontrar un punto de partida con el que me siento cómodo.
‘Pity’ como palabra significa la lástima que sientes por alguien que no está pasando por un buen momento, o eso es lo que pone en Google (risas). La canción se la cantas a una persona, ¿qué historia hay detrás?
Sí, ‘pity’ realmente captura ese sentimiento de pena o lástima por algo o alguien. En este caso concreto, hablo de la tristeza que supone separarse de alguien, incluso cuando es tu decisión. He vivido esta experiencia en primera persona y es un sentimiento que no se puede contener. Para mí, esta canción fue mi forma de avanzar y liberar la culpa y la pena que esta situación me provocó. Al final, mi música siempre ha sido como un diario, un espacio donde plasmo mis emociones. Cada canción es una página o un sentimiento concreto que necesito externalizar para poder pasar a la siguiente.
“Mostrar vulnerabilidad requiere un coraje inmenso, mucho mayor que el de reprimir nuestras emociones. Llorar, en lugar de ser un signo de debilidad, es una demostración de valentía y humanidad.”
Este single, se podría decir que es tu forma de presentarte a la gente con una propuesta mucho más profesional. ¿Qué quieres proyectar en tu próximo álbum?
Desde luego este proyecto es fruto de mucha intención y trabajo para mostrar un producto pulido. Al mismo tiempo, este álbum también sirve para darme a conocer, con mis dudas y mis imperfecciones. Siento que me muestro muy a flor de piel y busco a normalizar el hablar de mis inquietudes. La culpa, la angustia y la pena provocados por las relaciones son sentimientos universales con los que todos podemos empatizar.
Además, este disco es mi forma de manifestarme, de demostrar que existo, de enseñarle al mundo algo que llevo años trabajando y perfeccionando. Todas esas noches haciendo maquetas, borrando canciones y empezando nuevas para llegar por fin a una identidad visual y sonora que me representa.
Además, este disco es mi forma de manifestarme, de demostrar que existo, de enseñarle al mundo algo que llevo años trabajando y perfeccionando. Todas esas noches haciendo maquetas, borrando canciones y empezando nuevas para llegar por fin a una identidad visual y sonora que me representa.
Boys do Cry contiene seis temas en los que te abres emocionalmente, pero donde buscas romper con esos conceptos que conforman una masculinidad tóxica, ¿ha supuesto un autodescubrimiento?
Si he aprendido algo estos últimos años es a autorizarse a llorar. A los hombres se nos convence desde muy jóvenes que hay que ser emocionalmente fuertes, mientras que la expresión de vulnerabilidad, tristeza o cualquier emoción es considerada débil. Al madurar me he dado cuenta de que realmente es todo lo contrario. Mostrar vulnerabilidad requiere un coraje inmenso, mucho mayor que el de reprimir nuestras emociones. Llorar, en lugar de ser un signo de debilidad, es una demostración de valentía y humanidad que nos permite sanar.
Expresar como uno se siente es algo complicado y que a día de hoy llama la atención, en cambio, en Boys do Cry muestras una faceta completamente diferente a las concepciones sociales que hay instauradas. ¿Sientes que quedan muchos pasos por dar para que seamos más conscientes de nuestras emociones?
Abrirse a los demás no es fácil. Al hacerlo nos exponemos a ser juzgados y criticados, pero también abrimos la puerta para que nos conozcan tal y como somos. Cuando somos honestos acerca de nuestras emociones, permitimos que otros vean quiénes somos realmente y, en muchos casos, esto puede resonar con ellos, ayudándoles a sentir que no están solos en sus propias luchas. Para mí, la mayor forma de amor y respeto que podemos ofrecer a alguien es ser honestos. La verdad, aunque a veces dolorosa, es liberadora.
¿Qué traerá Abadie en un futuro?
Estoy deseando colaborar con otros artistas y expandir mi universo creativo. Mi objetivo es seguir componiendo y creando porque eso es lo que realmente me hace sentir vivo. Me inspira profundamente el escenario barcelonés. Cada nuevo encuentro y cada nueva aventura son oportunidades para crecer y enriquecer mi arte. Aunque el futuro esté lleno de incertidumbres, sé que está también lleno de posibilidades y momentos que no puedo esperar a vivir y compartir a través de mi música. Soy consciente de que tengo un largo camino por recorrer pero confío en mi instinto, el mismo que me ha guiado hasta este punto.