A veces tenemos que reconectar con lo cotidiano de nuestras vidas para encontrarnos en un espacio más simple y real. Lo importante es identificar qué es lo que nos llena aunque no coincida con lo que se espera de nosotras. Esto le pasó a Aina Reig, que después de haber estudiado diseño de moda y trabajar como modelo se lanzó a hacer jabones con su propia marca, 33.
Aina no solo es una artesana de gran talento, sino que a través de sus jabones y talleres nos recuerda la importancia de la autonomía y la sostenibilidad, resaltando la belleza de lo cotidiano desde la sencillez y la naturalidad. Todo empezó cuando le pidió a su abuela que le enseñara a hacer un jabón “con el que siempre me quita cualquier mancha”, nos cuenta. Y el resto es historia. Su propia historia.
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Tu marca es sostenible, vegana, natural, artesanal, sin aditivos ni plásticos, ¿por qué decidiste establecer estos valores?
Trato de hacer las cosas de la mejor forma posible. Para mí esto implica que el proceso sea lo más natural y sostenible posible, siempre dentro de mis posibilidades, es decir, sin volverme loca. Por ejemplo, cuando empecé compraba unas bolsas de envase al vacío super ecológicas y plastic-free de una empresa muy guay. Era la única que encontramos que lo hiciera sin usar plástico, con unos valores similares a los míos, cuidaba la funcionalidad y la estética, etc. Pero, ¿qué pasa? Pues que esta empresa está en la otra parte del mundo, entonces, ¿qué tiene eso de sostenible? Si para no usar plástico tengo que comprar en Australia… Luego encontré otra más cerca, pero al final creo que lo más importante es ser consciente y honesto, y no caer en este tipo de absurdeces solo para que lo ponga en la etiqueta y estar a la moda.
Estudiaste diseño de moda antes de pasarte a hacer jabones. ¿Cómo empezaste a interesarte por la artesanía? ¿Qué ha significado para ti introducirte en este mundo?
Empecé a través de mi padre. Siempre me han gustado las cosas hechas a mano y la gente que las hace. Me gusta este trabajo, me siento mucho más realizada que antes, con esa necesidad inconsciente de exponerme que tenía (hablo de mi imagen), con trabajos de modelo y demás. Pensaba que me hacía bien pero todo lo contrario. Una falsa sensación de realización con un discurso ajeno y creencias de segunda mano. No sé, es peligroso jugar con la imagen, o al menos para mí lo fue. Me siento más yo ahora.
Hay muchos tipos de trabajo artesanal. ¿Qué te llevo a interesarte por la creación y diseño de jabones?
No lo sé, estudié diseño de moda a pesar de que nunca me gustó diseñar ropa. Ni siquiera me gusta ir a comprarla, y la moda me da pereza y ansiedad muchas veces. Pero claramente eso influyó en la forma en la que veo y hago las cosas ahora.
¿Por qué hacer jabón? Me encantan este tipo de procesos de transformar o transmutar una cosa en otra, casi alquímicos. Fue poco premeditado. Quería que mi abuela me enseñara a hacer un jabón con el que siempre me quita cualquier mancha, y así empezó todo.
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Pero no te limitas solo a los jabones, sino que también haces sus soportes. Háblanos más de ellos.
La jabonera me encanta (¡y a la gente también!). Es un objeto que me parece precioso pero que diseñé por necesidad, no me gustaba que no se secara el jabón cuando lo dejaba en la jabonera normal y entonces hice una colgante. Siempre las lanzo en edición limitada porque el diseño va cambiando. Vamos ya por la tercera, que sale esta semana. La presentamos el sábado pasado en una pop-up que hicimos y se vendieron casi todas. Aunque ya estoy pensando en la cuarta, que no será de cerámica como las anteriores.
Es muy interesante la forma en la que conviertes algo tan funcional como un jabón en un objeto artístico. Las opciones de diseño son muy amplias, y es que además de la estética y la funcionalidad has de tener en cuenta las texturas y olores. ¿Cuáles son tus olores, texturas y formas preferidos?
Nunca quise que la imagen de marca fuera pretenciosa. Sé que vendo un producto básico y funcional, pero quise darle una vuelta para que no se confundiera con uno de esos jabones naturales de mercadillo medieval, que no tengo nada en contra, pero la imagen la detesto. Personalmente me gustan las formas sobrias, rectas, más serias. Y los aromas naturales, excéntricos, atípicos, verdes, bosques y agua, aunque todavía no los he acercado a la marca.
Le das valor a la belleza de los objetos cotidianos, pero siempre hay un equilibrio entre lo bello y funcional, ¿verdad?
Sí, me gusta que las cosas sean bonitas y funcionales. Si el diseño es bonito pero no funcional, no me interesa, y al revés casi que igual.
Pones mucho en valor lo artesanal y hecho a mano, cuyos conocimientos siguen en los oficios que se están perdiendo. ¿Qué estilos y artesanos te inspiran?
Me inspiran Max, mi herrero de confianza; Alfredo, el señor que me hace los moldes; o Javier, el droguero de mi pueblo. Este tipo de personajes me gustan mucho, aunque en algún punto me encantaría ser la artesana que vive en la Costa Brava y tiene su taller precioso con vistas (risas).
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Los jabones son tan cotidianos que olvidamos el trabajo que hay detrás, ¿cuáles son las dificultades de trabajar con estos objetos?
Lo más difícil es toda la parte de sanidad y regulaciones legales. En España está mucho más regulado que en otros países y esto no me parece un avance precisamente. No digo que deba estar todo permitido ni mucho menos, pero no soporto tanta normativa y prohibición.
Eres muy activa en Instagram, ¿es complicado trasladar tus trabajos a las redes sociales y estar al día?
Sí, qué pereza Instagram (risas). Ahora es muy difícil crecer o tener visibilidad con los nuevos cambios. Aunque no tenga nada que ver, hace años mi cuenta personal era @ainahatesinstagram (me la cerraron con 10k).
Has trabajado en colaboración con marcas como Loewe o Massimo Dutti Studio, entre otras. ¿Cuál sería tu proyecto ideal?
Bueno, esto más que colaboraciones son encargos que hago como artesana fuera de 33. Obviamente, gracias a mi marca me salen estos proyectos, pero quiero mantenerlo separado porque son dos cosas distintas. Quiero seguir haciendo las dos: por un lado, proyectos para marcas, y por otro lado, hacer que 33 sea una marca sólida.
El proyecto ideal… que Cartier me encargue unos jabones en forma de anillo para un evento. Y también que Yung Beef quiera otros como nuevo merch o algo así. Le puedo cambiar la cadenita de acero por una de oro o lo que quieran (risas). La verdad es que esto me encantaría, que mi trabajo siga conviviendo entre estos dos mundos tan distintos.
Para acabar, ¿tienes algún proyecto en el que estés trabajando y que nos puedas adelantar?
Ahora mismo estoy haciendo unos jabones para un evento de Hermès.
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