En el mundo de la moda y la cultura pop, los ciclos de tendencias son una constante inevitable. A medida que el año 2024 marca una década desde 2014, nos encontramos reviviendo elementos de esa época, no solo en la moda, sino también en la música.
Después del golpe que supuso la crisis económica de 2008, los comienzos de los 2010 se vieron definidos por lo que la revista Forbes bautizó como la "moda de recesión”, o lo que es lo mismo, el estilo Jersey Shore en su máximo esplendor. Rímel empastado, pelos alborotados, zapatos de plataforma, prendas con pelo falso… La década dejaba atrás el brillo y la ostentación de los 2000 para abrazar tendencias más accesibles.  
Además, en aquel entonces, el auge de las redes sociales como Instagram estaba en pleno apogeo. Musical.ly había hecho su debut, Snapchat estaba arrasando y los bloggers y los influencers comenzaban a tomar protagonismo. Estas plataformas aún no estaban saturadas de publicidad, lo que permitió la formación de diferentes subculturas en la red de manera natural. Por primera vez, las masas podían dejar de seguir ciegamente las tendencias de las revistas y, a través de aplicaciones como Tumblr, Pinterest e Instagram, expresar su estilo de manera única y personal.
Fue esta nueva manera de ver la moda la que llevó a que las tendencias hipster, los pantalones de tiro alto y los motivos de bigotes fueran las claves del comienzo de la década de 2010. Nada era lo suficientemente hortera, todo valía. La cultura pop también estaba en su mejor momento: obsesión con Brangelina, One Direction y con la canción Fancy de Iggy Azalea y Charli XCX.
Aquellos años evolucionaron hacia el intenso fenómeno del hypebeast en 2016, con marcas como Supreme, Bape y Off-White liderando la escena. Sin embargo, una década después, el carácter cíclico de la moda nos devuelve aquello que creíamos haber dejado atrás. La vuelta de los pantalones pitillo, las gafas de pasta gruesa o las camisas de franela nos demuestra cómo lo antiguo vuelve a ser lo nuevo. 
Y no solo en la moda, también en el ámbito musical. Cuando piensas que nunca más vas a escuchar un glo beat, llega una nueva generación de artistas que te demuestra justo lo contrario. El rap de Chicago al estilo de Chief Keef está volviendo a sonar con fuerza acompañado por una estética perfecta. Un estilo que nos transporta automáticamente a la era de comienzos de 2010: Polo Ralph Lauren, cinturones BB Simon, True Religion, chalecos acolchados de Moncler, cinturones Ferragamo… y podríamos seguir. Además, el toque irónico en sus canciones, combinado con su presencia en las redes sociales llena de memes y shitposting, los convierte en unos de los grupos más innovadores en la escena. 
Ejemplo de ello es el dúo argentino, Swagger Boyz, compuesto por AgusFortnite2008 y Stiffy, quienes han lanzado este año un álbum conjunto, Murió la música, que incluye temas como Guiso o 24/7.
En España, Disobey, con Yyy891, Roomtrash6, 8Belial o Cybernene, que también están dando que hablar con su estética y lanzamientos, entre ellos Jajaja, un perfecto ejemplo de lo que estamos hablando.
Ellos son justo lo que necesitábamos para confirmarlo: la obsesión por el 2014 apenas está comenzando.
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