Casi tres años después de A tope amb la vida, Oques Grasses vuelve con un nuevo álbum, Fruit del deliri. Todo es fruto del delirio: tú, yo y la vida, así que no nos queda otra que volvernos locos y vivir. Esa es la mentalidad con la que se han tirado a la piscina, abriendo nuevas fronteras y metiéndose en estilos en los que no esperabas verlos y en los que quizás se te haga raro escucharlos de primeras. Con todo, siempre hay tiempo para hablar de las cosas más importantes, así que también nos regalan una reflexión sobre el amor y la felicidad.
En el primer y único adelanto, Com està el pati, ya podíamos ver que este nuevo proyecto iba a estar bañado de ironía y de referencias musicales a otros grupos y artistas, algunos de ellos difícilmente asociables a Oques Grasses antes del drop. Aquí se abre el debate de si hacen bien en innovar y modernizar su estilo, o si por querer adaptarse a lo que está sonando ahora están perdiendo su esencia inicial (parece que siempre estamos con lo mismo). A nosotros nos han sorprendido, tanto con canciones como Bambi, como con el “que jo gossejo sola” de Al·lèrgiques al pol·len en referencia a Bad Bunny, en Gossejar. Hasta se han animado a hacer una despedida reggaetonera en la misma canción. Divertidos son, eso no se lo quita nadie.
También es un disco emocional y especialmente amoroso. En Pinpong, Sort de tu y Toca, con Figa Flawas, abren su corazón y nos dejan claro que  “per la gent que estimo m’hi llenço”. Pero el amor no es un camino de rosas, nos lo cuentan en Córrer pels camps, donde también sacan a la luz un deseo de lo más natural, el de volver a ser un niño sin responsabilidades que solo quiere disfrutar. Esa vuelta a los inicios y a la felicidad más pura la volvemos a tener en la canción que le sigue, Jubilar-me, inspirada en un mundo donde ser feliz ni importa ni está de moda. Pero ellos no quieren un bolso de Prada, quieren jubilarse y sentir emociones.
Hay un hit oculto. Bueno, no está oculto, todos queréis que hablemos de Com el dia i la nit desde que habéis visto el nombre de Julieta debajo. No es una canción comercial con un estribillo pegadizo, pero sí que es el tipo de tema con el que quieres cerrar un show. El ‘Catalan dream’ y Josep, el vocalista del grupo, alargan las notas mientras la percusión le suma intensidad y crea una aura épica, dejando este cuarto track como un claro candidato a Eurovisión en el caso de que Catalunya tuviera representación. No soy el único que se lo ha imaginado, ¿no?
Track favorito: Com el dia i la nit.