Reconozco que la primera vez que aterricé en el perfil de Instagram de Virgen María fui víctima de mis propios prejuicios. Tal vez fuese el miedo a lo desconocido, o la frustración que genera no encontrar las palabras acertadas para describir algo que te ha dejado impresionado. No recuerdo cómo ni cuándo se produjo mi desembarco en su intrigante universo, pero sí sé que no fui consciente de la fuerza de su mensaje hasta que me paseé por sus publicaciones. Los vídeos posando semidesnuda frente al espejo, los trampantojos digitales que inundan sus redes, las repetidas acciones junto al también artista Filip Custic... Todo cobró sentido. Me tranquilizó ser consciente de que no hay términos para describir lo que esta creadora multidisciplinar hace porque aún no se han inventado. Ella va por delante de todo y de todos, aunque su trabajo tenga mucho que ver con el origen y se remonte a algo tan primario como es la sexualidad. Por no hablar de su nombre artístico.
DJ, performer, creadora de contenido... Cuesta definir su trabajo, una amalgama creativa con tono propio en la que también encontramos dos cuentas de OnlyFans (convertidas en su principal fuente de ingresos durante la pandemia) y más de cien mil seguidores que la siguen a cada paso que da. Parece mentira que aún no hayamos entrado a comentar su música, con la que ha recorrido varios continentes en giras de las que poco hemos oído hablar en España. Una propuesta que, por cierto, la llevó a actuar en el Sónar 2019. Pero es que su sonido, materializado en forma de singles como Holi,Blex o su más reciente lanzamiento Fashion –este último en colaboración con Mugler– es una consecuencia natural de su forma de ver la vida, una prolongación de su persona, y de su personaje, que traspasa los escenarios para integrarse en su vida rutinaria.
María, quien fue, es y seguirá siendo la máxima protegida de su madre, Verónica Forqué, tal y como reconocía la propia artista en una carta abierta rindiéndole un emotivo homenaje, ha demostrado una admirable entereza a raíz de los últimos acontecimientos. Una forma de entender la vida en la que lejos de negar la muerte, la abraza y la reconoce como un plano más de nuestra existencia. En la construcción de esta visión tan poco frecuente en Occidente influyó la galardonadísima actriz, con quien siempre mantuvo un vínculo muy especial, y cuya luz la acompaña a cada paso que da. Si hay algo que me llama poderosamente la atención en los más de cincuenta minutos de conversación telefóni- ca que mantenemos poco antes de que ponga rumbo a Art Basel Miami con el objetivo de conocerla más, a ella y al personaje que ha construido en los últimos años –y que le ha valido un lugar destacado en la escena creativa actual–, es el contraste entre el impacto que genera su contenido próximo al gore y el tono relajado y dulce que mantiene cuando habla. Declaraciones contundentes envueltas en algodón de azúcar, siempre bajo la atenta mirada de su perrita Copi, que también la acompañaba en la sesión de fotos cuyo resultado vemos ahora en estas páginas.